Retiro conociendo al Espiritu Santo Viento y Fuego

Retiro conociendo al Espiritu Santo Viento y Fuego
agosto 27,28y29 casa de retiro mision claret

Comunión con El Espíritu

Comunión con El Espíritu

Introducción:

"La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sea con todos vosotros. Amén." (2 Corintios 13:14)

El amor del Padre se manifestó al enviar a su hijo Jesucristo a morir en una cruz para perdón de nuestros pecados, y la gracia de Jesús se manifestó en ese momento. El Espíritu Santo es la persona divina que está ahora con nosotros, con la cual podemos comunicarnos, tener comunión e intimidad. No es la tercera persona de la trinidad, como muchos dicen, pues no ocupa ningún lugar, ya que es una misma persona con el Padre y el Hijo.

COMUNIÓN E INTIMIDAD
Una cosa es tener comunión con el Espíritu y otra es tener intimidad. Tener comunión con alguien es compartir tiempo con esa persona, donde ella y tú hablan y se escuchan mutuamente. Tú puedes tener comunión con El mientras vas en el carro, en tu trabajo, en la cola del banco, etc. Tú puedes estar hablando constantemente con El durante todo el día.

Sin embargo, tener intimidad es estar a solas con El, en un lugar donde nada ni nadie te interrumpa. Allí es donde El se manifiesta y te muestra qué tiene Dios para ti; es donde la mayoría de los planes de Dios se revelan a tu vida, y donde eres transformado por El.

El Espíritu Santo es una persona divina, no natural. Por esta razón no podemos estudiarlo sistemáticamente, pues no podemos encerrar dentro de un concepto a una persona, sobre todo si esta persona es sobrenatural.

Características del Espíritu Santo

Algunas características que la Biblia nos enseña acerca del Espíritu Santo son:

1. El habla Hch. 8:29, Hch. 10:19
2. El escucha Jn. 16:13
3. Nos hace saber Jn. 16:14
4. Nos recuerda Jn. 14:26
5. Nos dirige, nos guía Jn. 16:13
6. Nos enseña Jn. 14:26
7. Se entristece Ef. 4:30
8. Se puede apagar 1 Tes. 5:19
9. Se le puede resistir Hch. 7:51
10. Se puede enojar Is. 63:10
11. El pastorea Is. 63:14
12. El persigue Sal 139:7
13. Nos anhela St. 4:5
14. El santifica Rom. 15:16
15. Todo lo escudriña 1 Cor 2:10


EL ESPÍRITU SANTO Y TÚ
El Espíritu Santo está metido en medio de relaciones. El tiene relación contigo y también con tu prójimo. El incluso está en medio de la relación tuya con tu prójimo. Ninguna de las características mencionadas anteriormente se puede dar si no hay una relación de por medio. Por lo tanto, podemos concluir que cuando el Espíritu Santo se enoja, habla, pastorea, etc., lo hace con alguien con quien mantiene una relación.

El no se puede negarse a sí mismo. Tenemos que aprender a conocer y aceptar al Espíritu tal como es El y no como nosotros queremos que El sea, y así lo reconoceremos donde quiera que esté. No podemos esperar que él actúe o piense como los hombres, pues no es hombre, es Dios.

Nosotros no podemos enseñarle al Espíritu Santo de Dios a que haga las cosas como nosotros queremos, pues su palabra dice en Juan 16:13 "Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir."

El hecho que una persona haya sido bautizada en el Espíritu, no quiere decir que le conozca. Al igual que un hombre o una mujer, para llegar a conocerlos, debes pasar tiempo con ellos.

LO QUE EL ESPÍRITU SANTO ENSEÑA
"Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman. Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios.... Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido." (1 Cor. 2:9-13)

Dios tiene cosas que ojo no vio ni oído oyó; es decir, que ni el ojo ni el oído reconocen, y no se pueden aprender, sino son reveladas por el Espíritu. Aprender de El no lo haces leyendo sino pasando tiempo con El.

El Espíritu Santo te enseña lo siguiente:

1. Las cosas que te han sido concedidas
2. Las cosas de Dios
3. Lo profundo de Dios.

A falta de comunión con el Espíritu, tenemos muchas bendiciones por perder, pues El nos revela lo que ya nos fue concedido por el Padre. Además, no se pueden conocer las profundidades de Dios sin tener comunión con el Espíritu, pues sólo El conoce lo profundo del corazón de Dios. El te dice qué pedir y cuándo pedirlo, pues sabe qué te toca en qué momento.

Las cosas de Dios son sus características, como proveedor, salvador o sanador. Pero lo profundo de Dios es lo que está en su corazón: cómo El piensa, qué le agrada, qué le desagrada, etc.; Esas son las profundidades de Dios. Algunas de las profundidades que están escritas son:

1.Sin fe es imposible agradarlo.
2. La comunión íntima con Dios es con los que le temen
3. El busca adoradores
4. Dios conoce a los que son suyos
5. El no quiere sacrificios sino obediencia

Jesús estableció a doce para estar con El y para enviarlos. No podemos nosotros amar estar en la presencia del Señor y no querer predicar el evangelio, pues si alguien conoce a Dios, también sabe cómo su corazón late por las almas que se pierden. De la misma manera ninguno puede amar la obra y recoger la cosecha sin amar estar en su presencia.

Conclusión

Para conocer a Dios, es necesario tener comunión con el Espíritu Santo. El escudriña tanto el corazón de Dios como el nuestro, y es El quien nos hace uno con el Señor. Y, para conocer a su Santo Espíritu, es necesario tener comunión e intimidad con El.

La Vida Controlada por el Espíritu Santo

La Vida Controlada por el Espíritu Santo

1. Es una vida nacida del Espíritu Juan 3,6
2. Ha reconocido a Jesús como Señor 1 Corintios 12,3
3. Es una vida llena del Espíritu Hechos 4,31
4. Es una vida llena del amor de Dios Romanos 5,5
5. Es una vida dirigida por el Espíritu Romanos 8,14; Mat. 4,1
6. Habla movido por el Espíritu
7. Es una vida edificada orando en el Espíritu Judas 1,2 Pedro 1,21; Mateo 10,20
8. Es una vida enseñada por el Espíritu Juan 14,26
9. Es una vida que manifiesta vida Juan 6,63
10. Es una vida que conoce la verdad Juan 16,13
11. Es una vida que obedece a Dios Juan 5,32
12. No vive continuamente en condenación Romanos 8,1
13. Tiene la mente en las cosas del Espíritu Romanos 8,5
14. No vive bajo un espíritu de temor Romanos 8,15
15. Es una vida poderosa en la oración Romanos 8,26
16. Es una vida llena de gozo Hechos 13,52
17. Es una vida que abunda en esperanza Romanos 15,13
18. Es una vida de revelación 1 Corintios 2,10
19. Vive en santificación 1 Corintios 6,11; 2 Tes. 2,13
20. No satisface deseos carnales Gálatas 5,16
21. No causa problemas y divisiones Judas 1,19
22. Es una vida que adora en el Espíritu Filipenses 3,3
23. Tiene comuni6n con el Espíritu 2 Corintios 13,14
24. Es una vida de plena libertad 2 Corintios 3,17
25. Es una vida de continua transformación 2 Corintios 3,18
26. Es una vida ferviente en el Espíritu Romanos 12,11
27. Tiene el poder del Espíritu Santo Hechos 1,8
28. Echa fuera demonios Mateo 12,28
29. Manifiesta algún don del Espíritu Santo 1 Corintios 12,7
30. Opera en señales y maravillas Romanos 15,19

El Don de Lenguas

El don de lenguas "es un don de oración que nos capacita para orar a un nivel más profundo" (K. Macdonnell).

El P. Sullivan, jesuita de la Universidad Gregoriana de Roma, después de un minucioso estudio de este don, concluye: " La oración en lenguas de la comunidad de Corinto, igual que la de hoy, es un hablar y cantar de modo ininteligible, que no se produce por un éxtasis religioso. Aquellos que la practican la consideran bienhechora en cuanto forma de orar. Estamos, pues, fundamentados cuando afirmamos que este fenómeno religioso. del que constatamos hoy día una reminiscencia, es el mismo del que nos habla Pablo en 1ª Cor. 12, 14. En virtud de ésta conclusión, nos hallamos ahora mejor capacitados para comprender por qué Pablo da gracias a Dios por este don y por qué expresa su deseo de que todos pudieran recibirlo. Hoy , en efecto, millares de cristianos pueden dar testimonio de los frutos que esta extraña manera de orar y cantar produce en sus vidas. Para un gran número de personas ha sido la llave que ha abierto la puerta de una nueva experiencia de Dios".

"El que habla en lenguas no habla a los hombres sino a Dios" (1ª Cor. 1 4,2). Cantar en lenguas es un vehículo para hablar a Dios, un medio para que el Espíritu ore en nosotros. El canto en lenguas expresa sentimientos y pensamientos, pero en un sentido global como las lágrimas o la risa. El Espíritu Santo se une a nuestro espíritu, no lo sustituye. Se sirve de todos los recursos de nuestra naturaleza. No es que, de repente, seamos dotados de una capacidad milagrosa. El don consiste en dejarse interior y exteriormente con sencillez, para que pueda brotar este lenguaje de niño. El canto en lenguas se convierte así en el lenguaje de la alabanza, de una alabanza integral, de todo el ser, en la presencia de Dios.

El dominico Vicente Rubio lo describe formidablemente al darnos su testimonio:
" Hace ya mucho tiempo, cierta tarde participaba yo, más como observador y crítico que como orante, en una asamblea de oración, impropiamente llamada "carismática". Había más de trescientas personas. De pronto me di cuenta de una cosa. Nadie de los que cerca de mí estaban orando se expresaban en nuestro idioma castellano. Ni siquiera oraban en voz alta, según costumbre, alabando intensamente a Dios ... ¡ CANTABAN ! ¡CANTABAN SIN SER CANTORES!. Y cantaban con una melodía que en nada se parecía los cánticos antiguos o modernos. Lo más raro es que cantaban con palabras desconocidas. Fue una música sublime, pura, espiritual. Sólo Dios se dejaba sentir en ella.

Todo semejó a un orfeón gigantesco que, sin perder su elevación divina, comenzó suave, siguió creciendo, hasta alcanzar un clímax rotundo; al llegar a ese punto, era como una nota o un acorde inmenso, poderoso y fuerte. Cielos y tierra, la Iglesia y la creación entera cantaban al Dios infinitamente santo. O como si Dios se cantara a sí mismo, humildemente, en su inmensa gloria y nos dejara escuchar un rato aquí en este mundo la hermosura de su canción eterna. Luego las voces fueron disminuyendo poco a poco hasta que, como sí un invisible director de coro hubiese dado la señal de terminar, la asamblea íntegra cesó de golpe en aquel maravilloso canto.

Me quedé perplejo. Porque los numerosos integrantes de la reunión no eran cantantes profesionales ni aficionados. Tampoco se trataba de ninguna canción conocida. Mucho menos de una entonación más o menos identificable. Era una melodía nueva, espontánea. La armonía misma, juzgada desde el punto de vista musical, resultaba rica, por no decir riquísima. Recordaba de lejos las composiciones sagradas alemanas, más armónicas que melódicas, llenas, intensas. Nada pregunté sobre aquello. Dirigí discretamente mi vista a la asamblea entera. Vi como toda ella se hallaba sumida en un recogimiento profundo. ¡Imposible poner a tanta gente de acuerdo para canturrear tan bien!. Además..., en su mayoría, aquellas personas ignoraban la música. Tampoco había cancioneros ni partituras. Nada de estudio previo... ni ensayos. Únicamente allí se percibía a Dios en su imponente grandeza y en esa tremenda cercanía que El tiene para con nosotros, rebosante de amor.

Cuando regresé a casa, abrí la Biblia para ilustrarme sobre lo que acababa de percibir. Leí el texto del evangelio de San Mateo 26,30, único sitio donde expresamente se dice que Jesús cantó: "Después de cantar el himno, se fueron (Jesús y los apóstoles) al monte de los olivos". ¿Sería el canto que yo había escuchado aquella tarde una participación del canto que Jesús entonó en la tierra y sigue entonando en el cielo para alabanza y gloria del Padre por el poder de Espíritu Santo?. Podía ser, pero aquel pasaje bíblico de San Mateo no me ilustró demasiado acerca de lo que tanto me inquietaba. Leí Hechos de los Apóstoles 16,25. Allí se relataba que estando Pablo y Silas presos en la cárcel "a medía noche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios ". Quizás lo que Pablo y Silas cantaban a Dios se pudiera parecer a lo que yo había oído en la asamblea aquella tarde, pero el texto sagrado tampoco me aclaraba mayormente lo que anhelaba saber.¿ Qué hacer? Tratar de esperar con paciencia, a ver si se presentaba una nueva oportunidad.

Pronto se presentó el día esperado. Esta vez hallábanse a mi lado personas conocidas. Su voz y su gusto para cantar no rebasaban los límites de lo común y ordinario. De repente, cuando estábamos en oración intensa, sin nadie dar un aviso o una orden, comenzó el canto con palabras desconocidas. Todo el mundo participaba en él. A mi entender, resultó mucho más fino que en la otra ocasión . Un juego de melodías y armonías tan extraordinarias se cruzaban por aquí y por allá arrebatando el corazón y envolviéndolo en una atmósfera densa de presencia de Dios, de calma del cielo y serena alegría de la tierra.
Aquello era verdaderamente una sinfonía de voces que sólo podría estar inspirada y conducida por el mismo Espíritu Santo. Al acabar el canto, indagué. La persona que a mi izquierda se hallaba me dijo: "Sí, esto ha sido un canto en lenguas". Di gracias a Dios, porque de nuevo yo había sido testigo del paso del Señor por aquel lugar. Por suerte, un amigo acababa de llegar al sitio de la asamblea en busca mía, porque necesitaba comunicarme una noticia. Cuando salí a la puerta del local, el caballero se adelantó y me preguntó qué coro era aquél, y cómo cantaba tan bien, quién los ensayaba, etc., etc. El se había quedado impresionado igualmente por el orfeón improvisado e inesperado.

Aprovechando el paso por esta ciudad de Santo Domingo de un notable biblista, graduado en la célebre Escuela Bíblica de Jerusalén, hube de consultarle sobre el fenómeno. Entonces me explicó que el canto en lenguas era una modalidad de la glosolalia u oración en lenguas. La única diferencia con orar en lenguas consistía, según él, que en el canto en lenguas el Espíritu Santo no sólo ponía las palabras en boca de los fieles sino también la música.
Cuando alguien sienta que el Espíritu Santo le impulsa a glorificar a Dios Padre por Jesús, el Señor, con un canto en lenguas, si es en una asamblea, hágalo cuando el momento sea oportuno para ello; si está a solas, hágalo siempre con toda la unción que sea posible como si estuviera cara a cara en la Divina Presencia. Porque es un canto de Dios para Dios. A su vez notará que su fe se acrecienta, su caridad se intensifica, su esperanza de poseer a Dios vibra con fuerza, su humildad aumenta. Al mismo tiempo, el gozo, la paz y el poder - sobre todo el poder- para hacer lo que por nosotros mismos nunca seríamos capaces de hacer por nuestro crecimiento propio y por todo lo que signifique ayuda y servicio a nuestros hermanos. Entonces se perdonan las ofensas, se aguantan mejor las burlas, se olvidan las distancias, las durezas se suavizan y prodigamos el bien calladamente y con sencillez.

En mi criterio, el canto en lenguas tiene un inmenso poder. El poder del Divino Espíritu tal como puede ser canalizado a través de una criatura humana. He ahí un canto nuevo para Dios. ¡ El único nuevo !."

(Vicente Rubio O. P. Relatado en la revista Alabanza)
El canto en lenguas no es una sucesión de notas ensayadas o una melodía compuesta. Es una irrupción espontánea que, dejando a la persona libertad para cantar o callarse, impulsa directamente a alabar al Señor. Cada persona canta con su voz, bonita o no, con su propio timbre y su estilo particular. Sin embargo, el conjunto muestra una impresionante acción del Espíritu, que va constituyendo una unidad en la variedad de voces y melodías. El efecto es una música más allá de lo medible o expresable y una paz interior suave y fuerte a la vez. Solamente si se ha experimentado se puede comprender esta realidad.

El canto en lenguas es expresión de amor y de adoración. Nace del profundo deseo de alabar al Padre y manifestarle con especial amor el deseo de El. Es el Espíritu quien nos impulsa a una alabanza más Plena. de manera que hasta el último rincón de nuestro ser se pone en actividad.

Generalmente, el canto en lenguas se hace presente en determinados momentos más propicios, de mayor profundidad de oración. Es frecuente que el canto en lenguas surja al celebrar la Eucaristía, particularmente en la Consagración y después de la Comunión. En ambos casos es expresión de adoración, de encuentro pleno con Jesús. Cuando termina el canto en lenguas sentimos la necesidad de un silencio más o menos largo. En él adoramos al Señor, su Santa presencia viva y vivificadora, y nos abrimos a sus mensajes.

El Ministerio de Música deberá estar atento a la inspiración del Espíritu para llevar a toda la asamblea a este encuentro completo con el Señor. Si comienza de una forma suave la alabanza en lenguas, el ministerio de música puede empezar a sostener el canto con un acorde y -quizá- después con una serie de acordes que inviten a todos a continuar, intensificar y armonizar la alabanza. Ordinariamente, el canto en lenguas no tiene ritmo (es melodía sin compás¿; pero, en ocasiones, surge un canto en lenguas rítmico, como si el Señor nos diese a todos una medida, la misma: la medida de la unidad en el Amor.

Diego Jaramillo, en relación con esto, dice:
"Los instrumentos evocan, ayudan y expresan en un canto en lenguas. Por ello, mientras alguien toca su instrumento, también esta orando,- la música es su oración. Las cuerdas vocales y las cuerdas de su guitarra pueden vibrar al unísono para el Señor. Esto se hunde en la más genuina tradición cristiana."

Cantar en lenguas es un acto de fe; es clamar al Padre poderosamente, desde el Espíritu Santo, para proclamar y establecer -en cada situación- el Señorío de Jesucristo.
La primitiva Iglesia cantaba en lenguas.

San Jerónimo llama a este canto "Jubilación". Lo define como "aquello que ni en palabras, sílabas o letras pueda expresar o comprender la forma como el hombre debería alabar a Díos".

San Juan Crisóstomo dice:
"Se permite cantar salmos sin palabras, siempre que la mente resuene en su interior. Porque no cantamos para los hombres, sino para Dios, que puede escuchar aún a nuestros corazones y penetrar en los secretos de nuestra alma"

Y es, sobre todo, San Agustín quien escribe maravillosamente sobre el tema en sus "Narraciones sobre los salmos". He aquí sus enseñanzas al comentar los salmos 26, 32, 46, 65, 80, 88, 94, 97 y 99.

"Sacrificamos víctima de regocijo, sacrificamos víctima de alegría, víctima de congratulación, víctima de acción de gracias, víctima que no puede expresarse con palabras. Sacrificamos, pero ¿en dónde? En su mismo tabernáculo, en al Santa Iglesia. ¿Qué sacrificamos? El copiosísimo e inenarrable gozo, que no se expresa con palabras. sino con voz inefable. Esta es la víctima del regocijo ( ... ¿Quién lo alabará dignamente?) Si en las criaturas de Dios se fatiga el discurso humano, ¿qué le sucederá al hablar del Creador. sino enmudecer y quedarse únicamente con la Jubilación? (Sal 26).

"He aquí que te da como el módulo para cantar: no busques las palabras como si pudieras explicar de qué modo se deleita a Dios. Canta con regocijo, pues cantar bien a Dios es cantar con regocijo.

¿Qué significa cantar con regocijo?. Entender por qué no puede explicarse con palabras lo que se canta en el corazón. Así pues, los que cantan, ya en la siega, o en la vendimia, o en algún trabajo activo o agitado, cuando comienzan a alborozarse de alegría por las palabras de los cánticos, estando ya como llenos de tanta alegría, no pudiendo ya explicarla con palabras, se comen las sílabas de las palabras y se entregan al canto del regocijo.

El júbilo es cierto cántico o sonido con el cual se significa que da a luz el corazón lo que no puede decir o expresar. ¿Y a quién conviene esta alegría, sino al Dios inefable?. Es inefable aquel a quien no puedes dar a conocer, y si no puedes darle a conocer y no debes callar ¿qué resta, sino que te regocijes, para que se alegre el corazón sin palabras?

¿Qué significa aclamación? Admiración de alegría que no puede explicarse con palabras. Cuando los discípulos vieron subir a los Cielos a quien lloraron muerto, se maravillaron de gozo; sin duda a este gozo le faltaban palabras, pero quedaba el regocijo, que nadie podía explicar. No vayamos sólo en busca del sonido del oído, sino de la iluminación del corazón." (Sal 46).

"Prorrumpid en gritos de alegría, si es que no podéis hacerlo de palabra. Pues no se aclama sólo de palabra; también aclama el sonido sólo de los gritos de los que se gozan, como si fuese la voz de la cosa concebida, del corazón que concibe y pare la alegría que no puede expresarse con palabras" (Sal. 65).
"Cuando no podáis expresamos con palabras, no ceséis de regocijaros. Cuando podáis hablar, clamad; cuando no podáis, alegraos. Aquel a quien no le son suficientes las palabras, suele por la exuberancia del gozo prorrumpir en gritos de alegría" (Sal. 80).

"¿Son suficientes las palabras para nuestra alegría? ¿Será la lengua capaz de explicar nuestro gozo? Si pues las palabras no bastan, ¡bienaventurado el pueblo que sabe alborozarse! ¡Oh pueblo feliz! ¿Crees que entiendes el regocijo? Que sepas por qué te alegras de aquello que no puede expresarse con palabras. El motivo no debe dimanar de ti, para que quien se gloríe, se gloríe en el Señor. No te alboroces en tu soberbia, sino en la gracia de Dios. Comprende que es tanta la gracia, que la lengua no es capaz de explicarla, y habrás entendido qué es alborozo o regocijo". (Sal.88).

"¿Qué significa "jubilare" ?Dar gritos de alegría o regocijarse. El júbilo que no puede explicarse con palabras y que, sin embargo, se testimonia con el grito de la voz, se denomina regocijo. Pensad en aquellos que se regocijan, en cualquier clase de canto y como en cierta lid de alegría mundana, y veréis de qué modo, entre los cánticos modulados con la voz, se regocijan rebosantes de alegría cuando no pueden declararlo todo con la lengua, a fin de que por aquellos gritos inarticulados dé a conocer la afección del alma, lo que se concibió en el corazón y no es capaz de expresarlo con palabras. Luego, si estos se regocijan por el gozo terreno ¿nosotros no debemos dar gritos de alegría, regocijarnos por el gozo celestial, que ciertamente no podemos expresar mediante palabras?". (Sal.94).
"Ya sabéis qué es regocijarse. Gozaos y hablad. Si al gozaros no podéis hablar, regocijaos. Vuestro gozo dé a conocer el regocijo si no puede la palabra. Que no quede mudo vuestro gozo. Que no calle el corazón a su Dios; que no calle sus dones. Si hablas para tí, para ti te sanas; pero si te sanó su diestra para El, habla para quien fuiste sanado" (Sal. 97)

"El que se regocija, no pronuncia palabras, sino que lanza cierto sonido de alegría sin palabras. El regocijo es una voz del alma engolfada en la alegría, la cual, en cuanto puede, da a conocer el afecto, mas no el sentir del que percibe. Al regocijarse el hombre con este gozo, al no poder explicar ni dar a entender el afecto con palabras, emite cierto sonido de alegría sin palabras, De este modo manifiesta por el mismo sonido que se alegra; pero como se halla repleto por el demasiado gozo, no puede explicar con palabras el regocijo"

Tipos de Oracion

Tipos de Oración

La oración es una comunicación con Dios padre, siendo este un dialogo continuo, o una comunicación. La diferencia entre rezar y la oración esta que la oración son letras ya establecidas o escritas, como el ave Maria, el yo confieso, etc. Y la oración es un dialogo sin tener algo escrito, entonces el rezo es leer y la oración hablar con alguien. Una Jaculatoria son rezos pequeños, como ejemplo el Ángelus.

En una asamblea de oración intervienen diferentes tipos de oración:

1.- Oración de alabanza
Es aquella que se hace dentro de la asamblea en el cual se alaba a Dios por ser Dios. Diciéndole, "Que grande eres, maravilloso eres, bendito sea tu nombre, glorificado seas, el rey de reyes y Señor de Señores", etc.

2.- Oración de reflexión
Es aquella que se hace a veces después de un tema, o haciendo que la persona reflexione sobre algo especifico. Ejemplo “ Mis hermanos, después de escuchar el tema del pecado, piensa tu y reflexiona, que es lo que tu tienes que cambiar, el Señor te trajo y preparo esto para ti porque quiere tu conversión….

3.- Oración de meditación
Aqui, es cuando se deja a la persona que piense por si sola sobre la reflexión, algunas veces se deja a la persona en silencio o con un canto con ese mensaje especifico. Talvez se le diga “sal afuera y medita personalmente”.

4.- Oración de intercesión
La intercesión es pedirle a Dios por el bien de una persona y para evitarle algún mal a la persona, la intercesión esta con que yo le pido a Dios por esa persona. Jesús mismo intercede por su pueblo, estando junto al huerto la noche de ser entregado le dijo a su padre Dios “te pido por aquellos que tu me diste”. Aqui vemos la intercesión de Jesús. La intercesión de Maria estuvo en las bodas de cana de Galilea cuando la gente se le acerco a decirle que se había acabado el vino, a lo que Maria fue y le dijo a Jesús “Hijo el vino se les a acabado”.

5.- Adoración
La adoración va mas allá de la oración. Cuando uno adora es porque el corazón esta rebosando por el enamoramiento hacia Dios. Por lo tanto la adoración es una actitud de postrarse ante Dios, como respeto que nace del corazón enamorado hacia el. La persona que adora tiene actitud mas que de alabancero es de adoración hacia el. Jesús mismo le dice a la samaritana que el padre “busca adoradores en espíritu y en verdad”.

6.- Exaltación
Es la oración en donde mas que una alabanza, es aclamar, es proclamar la grandeza, Señorío, y todo lo relacionado con su poder.

7.- Oración de petición
Es la oración hecha a Jesús para nosotros. Es pedirle a Jesús algo. Esta oración es para mi. Jesús “ Necesito que me ayudes, o necesito que me des tu espíritu . En la oración de intercesión se pide también pero para otra persona.

8.- Oración en silencio
También en el silencio se encuentra a Dios. En la oración cuando surge el silencio, es porque el corazón ya consolado por Dios se queda inmune o mudo ante su presencia. Es donde Dios muchas veces habla y su siervo escucha.

9.- Oración de sanción
- Interior: Es la sanacion del alma y corazón, ya sea por un recuerdo o un daño que tengamos nosotros y que solamente Dios puede penetrar hasta lo mas intimo de nosotros. entonces es Dios mismo el que penetra a través de su Espíritu Santo y empieza a actuar
- Física: es la sanción hecha para recobrar algo físicamente malo. Aqui hablamos desde un ciego, un mudo, un invalido, etc.
- Liberación: es la oración hecha para quitar o sacar algo que nos ata hacia un mal o pecado

El Descanso en el Espíritu

El Descanso en el Espíritu
por el Padre CEFERINO SANTOS; S.J.


1.1. El hecho.
Con alguna frecuencia se viene dando en retiros de sanación, en oraciones de intercesión o de liberación, tras la unción de los enfermos con aceite bendecido, o tras la imposición de manos sobre aquellos por quienes se ora, el fenómeno llamado por algunos " descanso en el Espíritu ".

Otros prefieren traducir el inglés " being alain in the Spirit ", como " fulminación en el Espíritu ", " dormición en el Espíritu " o quedar abrumado por el amor y la presencia de Dios, o tener silencio en el Espíritu y reposo en El.

1.2. Definición.
El verdadero descanso del Espíritu es un don carismático, otorgado a uno o a varios para trasmitir a otros una cierta protección de Dios, con lo que se alimentan la fe, la paz interior, la inteligencia de las enseñanzas recibidas y se facilita la práctica de la vida cristiana, al suprimirse bloqueos o resistencias mas o menos conscientes a la acción del Señor, lo cual a veces se expresa o se visualiza con un rendimiento ante Dios que conlleva la pérdida pasajera del equilibrio corporal, deslizándose suavemente hacia el suelo o sobre el asiento que se ocupa, con una cesación pasajera del movimiento corporal y local.

1.3. Explicaciones.
Dado que existen en la práctica pastoral y en la teoría dudas, equivocaciones y hasta errores en torno a este fenómeno del " descanso del Espíritu ", puede resultar útil y conveniente hacer algunas aclaraciones al respecto.
(A) El descanso pertenece al carisma de sanación es un toque directo a los sentidos internos de la imaginación y de la memoria, con una llenumbre de la presencia de Dios, de su amor y de su paz, de modo que a veces, el cuerpo queda alcanzado y como inmovilizado por un tiempo, y Dios sana interna o externamente y libera a veces.

(B) Uno puede resistirse a este fenómeno de sanación, por sentirse asustado ante él, pero entonces no suelen seguirse en el que se ha resistido los frutos de paz y de oración mas recogida, y suelen quedar en él rastros nuevos de turbación o de inquietud. Algunos, que no se resisten a este don, tras la oración y la imposición de manos, se sienten caer suavemente hacia el suelo, si están de pie o de rodillas, o se quedan como relajadamente inmóviles sobre su asiento los que estaban sentados. Este fenómeno suele ser pasajero y breve.

(C) El aspecto principal del descanso en el Espíritu, es la fuerte presencia sanadora del Dios viviente, que purifica, libra de dificultades y bloqueos interiores a su acción fortalece el alma para sobrellevar el peso del compromiso cristiano de un modo renovado. El que Dios llene la memoria y la imaginación de su presencia, de su amor de su sanación no presenta dificultades en la renovación Carismática ni fuera de ella.

(D) El punto controvertido y discutible en el descanso en el Espíritu es ese sentirse anonadado por el peso del amor de Dios con el fenómeno espectacular de la caída suave del cuerpo hacia atrás o hacia adelante, hasta que el don se haya pasado. Cuando el descanso en el Espíritu es verdadero, la caída del cuerpo es como una señal externa de un nuevo rendimiento al Señorío de Cristo y de una nueva aceptación del amor y la voluntad de Dios sin resistencias..

(E) En el descanso en el Espíritu la persona sigue teniendo control pleno de su entendimiento y de su voluntad. El entendimiento sigue libre para orar con la atención más concentrada en Dios. Otros efectos, como la extinción de traumas, de bloqueos o cargas interiores , la iluminación espiritual o la sanación, dependen de las necesidades individuales del que recibe este don.

(F) El verdadero descanso en el Espíritu, 1)- facilita la oración en tanto cuanto toca los sentidos internos dispersos y los unifica, 2)- facilita el sentido profundo de la presencia y del amor de Dios. (G) Estos dos efectos internos pueden darse sin el hecho exterior concomitante de la caída al suelo de la caída al suelo por el impulso poderoso y abrumador del amor de Dios.

(H) Hay personas que creen erróneamente que caen al suelo porque han sido empujadas por el que les impone las manos. De hecho es el amor abrumador de Dios el que empuja y vence poderosamente obstáculos en personas que evitan aparecer como poco naturales. 1.4. El poder de descansar en el Espíritu. Es el problema mas vidrioso de este don, que el Señor concede a algunos en los grupos de intercesión. (1) El don parece en sí válido por sus efectos buenos: paz, presencia de Dios, más facilidad para orar, sanación de traumas y resistencias a Dios, liberación de opresiones.

(2) El descanso en el Espíritu no es expresamente una oración de quietud con su experiencia directa del amor de Dios, que aquí se experimenta con amor sanador más directamente que como don de oración contemplativa.

(3) Tampoco se trata de un fenómeno natural de hipnosis, donde la voluntad queda casi totalmente suspendida y sometida al hipnotizador, donde la conciencia se entorpece y la memoria de la actividad desarrollada en hipnosis se pierde al volver en sí. A veces esta alienación transitoria de la voluntad transitoria de la voluntad del hipnotizado resulta seriamente peligrosa. Nada de esto sucede en el descanso en el Espíritu: la voluntad y el entendimiento se mantienen despiertos y activos, sin someterse a nadie más que a Dios.

(4) Tampoco se ha de confundirse el descanso en el Espíritu con un posible influjo diabólico, que emboba las potencias del hombre y obscurece, turba y debilita espiritualmente el alma y lleva al que lo padece a buscar sitios concurridos para llamar la atención de otros y distraerlos de su oración o de la sanación interior en curso. Este influjo diabólico deja gran turbación, depresiones y falta de paz en el que lo ha recibido.

(5) Ha habido abusos por parte de personas que por su debilidad psicológica o por ganas de atraer hacia ellas la atención simularon el descanso en el Espíritu. Los efectos posteriores de tristeza, depresión, angustia, oscuridad espiritual, insatisfacción y falta de paz, declararon la falsificación de un don carismático.

(6) Se necesita, por tanto, enseñanza sana, discernimiento y guía espiritual recta durante este ministerio de sanación por el descanso en el Espíritu y después de el. No conviene despertar al que está en el descanso en el Espíritu, no se le turbe tras él con preguntas agobiantes e indiscretas; no se le obligue a dar paseos para despejarse, etc.; al que tuvo el descanso déjesele tranquilo por un rato largo para que el don de Dios produzca sus efectos buenos sin interferencias humanas. En el falso descanso, despiértese al paciente.

(7) No se haga del descanso en el espíritu el don central del ministerio de sanación. La sanación viene de la presencia de Jesús sanador y Salvador y del poder de su Espíritu aceptado desde la fe.

(8) Tampoco se caiga en el otro extremo de denunciar este don como algo ajeno a la Renovación Carismática y como una novedad de la Iglesia. Se trata de un fenómeno conocido en la historia de la Iglesia.

En el proceso de canonización de Santa Clara, Sor Bienvenida de Perusa declara bajo juramento una sanación en la que el Señor utiliza a Santa Clara y aparece el descanso en el Espíritu. Declaró también la testigo que, habiendo que habiendo caído en demencia un fraile de la Orden de los Menores, que se llamaba Fray Esteban, San Francisco le mandó al Monasterio de San Damián, para que la Santa hiciera sobre él la señal de la Cruz. Hecho esto, el fraile quedó adormecido un poco de tiempo en el lugar donde la Santa Madre solía hacer la oración, y cuando se despertó, tomó alimento y se marchó curado. (Cf. OMAECHEVERRIA, Ignacio: Escritos de Santa Clara y documentos contemporáneos. Madrid, BAC, 1970, pág. 70.).

(9) En el descanso en el Espíritu la mente está más clara para acoger a Dios; no es por tanto un desmayo donde la inteligencia se nubla o se pierde temporalmente. El descanso en el Espíritu( fenómeno de sanación) nada tiene que ver con la caída al suelo en una crisis epiléptica (enfermedad con pérdida de sentido, espumarajos, estremecimientos, cf. Mc. 9.18: " lo derriba al suelo le hace echar espumarajos y rechinar los dientes"). Este mismo niño del Evangelio de San Marcos, cuando recibe la curación fisiológica de su epilepsia, la psicológica de sus desmayos y la espiritual, liberado de aquel espíritu malo que le arrastraba hacia el fuego o hacia el agua para destruirlo, queda en una especie de descanso en el Espíritu (Mc.9.26: " el muchacho quedó curado como muerto"), pero enseguida Cristo lo levantó y estaba sano.

(10) El descanso en el Espíritu es diferente del éxtasis sobrenatural, donde la mente queda absorbida en Dios y elevada para conocer sus misterios, con cesación del ejercicio de los sentidos exteriores. San Pablo nos recuerda este don de oración más propio de almas perfectas, cuando nos dice que subió arrebatado hasta el tercer cielo en el cuerpo o fuera del cuerpo no lo sé, y oyó palabras arcanas que el hombre no puede pronunciar. (2 Cor.12, 2-4). El mismo San Pablo cuando se convierte a Cristo, recibe una especie de descanso en el Espíritu, como don de principiantes; y cae en tierra de su caballo sin hacerse daño (Hch.9.4; Pablo cayó en tierra y oyó una voz que le decía: "Saulo, Saulo, ¿porqué me persigues?"). El descanso en el Espíritu es un don más propio de principiantes.

1.5. Conclusión. Estemos abiertos para acoger los dones de Dios y aceptemos la invitación de Dios a entrar en su descanso para reposar de los trabajos (Heb.4.10), sin esperar sólo el descanso definitivo y celestial. También en su vida mortal, Jesús invitó a sus discípulos a un lugar retirado a descansar por un rato (Mc.6.30). Hoy también sigue haciéndolo con nosotros.

2.1. Preguntas y respuestas de la puesta en común sobre el descanso en el Espíritu.
El poder de descansar a alguien en el Espíritu ¿ Porqué se le ha de atribuir a Dios y no más bien al poder de la parapsicológico o magnético del que ora?. R.- De hecho, los fenómenos externos del descanso del espíritu podrían ser producidos por una facultad " psi-kappa " con posibles efectos de " psicokinesia " sobre un organismo humano, pero no se daría un verdadero descanso en el Espíritu que viene de Dios, con efectos espirituales de paz y de crecimiento en la fe y en el amor; sino, más bien, un sometimiento al manipulador o parasicólogo y a sus fuerzas psíquicas o magnéticas. Aunque los fenómenos externos de debilitamiento corporal y subsiguiente caída al suelo se produjesen, no se daría los efectos espirituales de liberaciones de opresiones y bloqueos (v.g. incapacidad de amar a otros, sanación del rechazo de personas concretas, crecimiento en la fe y en en amor de Dios, etc.)

La dormición de uno por poderes magnéticos no es descanso en el Espíritu, en el que uno queda sometido y abrumado por el poder sanador de Dios, sino sometimiento servil y no liberador a poderes parapsicológicos y al que los utiliza. Cabría la posibilidad de que los poderes parapsicológicos " psi-kappa" fuesen utilizados, sometidos plenamente a Dios y como sacramentalizados por El, para producir efectos espirituales. Pero, aun en este caso, no planteado en la pregunta, Dios sería el agente principal y a El se deberían los efectos espirituales buenos con prioridad plena sobre el instrumento sometido a El, esto es las fuerzas parapsicológicas, elevadas de alguna manera por la acción principal de Dios. En todo caso, siempre es indispensable el discernimiento del comienzo, el medio, el fin y los efectos del descanso para saber si éste se debe a la acción del Espíritu de Dios o es atribuible a otros poderes.

2.2. El descanso en el Espíritu ¿ no se podría explicar naturalmente como un fenómeno cataléptico? R.- Más bien en la catalepsia se pierde la sensibilidad externa con suspensión de las sensaciones y movimientos libres, a la vez que se dan alteraciones y reflejos de tipo histérico y patológico. En el auténtico descanso en el Espíritu se conserva un grado apreciable de sensibilidad externa, se da paz espiritual posteriormente al reposo, se producen efectos de sanación interior y, a veces física, y también frutos de maduración y construcción de la personalidad cristiana equilibrada, y no secuelas de debilitación patológica de la personalidad como en la catalepsia. Cuando se dan fenómenos histéricos de agitación nerviosa, sofocaciones, gritos y desequilibrio no se trata del descanso en el Espíritu, que produce paz en el que recibe el descanso y en otros que lo ven; sino más bien nos hallamos ante productos naturales de personalidades psicológicas inestables e influenciadas por una personalidad fuerte o por un ambiente propicio al entusiasmo religioso.

No obstante, conviene notar para un descernimiento recto que la gracia religiosa verdadera se acomoda a la naturaleza del que la recibe. Cuando se trata de una gracia religiosa fuerte que llega al poco equilibrado psíquicamente o al que necesita conversión y liberación, los efectos externos de gritos, convulsiones vueltas por el suelo pueden significar también el choque que se produce entre las fuerzas salvíficas positivas que vienen de Dios y las fuerzas negativas del pecado, del influjo diabólico y del desequilibrio psicológico del que recibe la gracia fuerte de Dios. En la predicación de John Wesley, el fundador del metodismo en el siglo XVIII, estos fenómenos eran frecuentes, pero más que un descanso en el Espíritu deberían ser llamadas, turbaciones en el Espíritu en una predicación de conversión y reavivamiento espiritual. El que estos fenómenos tengan un componente fuerte somático y psíquico no quiere decir que sean solo fenómenos naturales o patológicos. También en la vida mística de los santos de la Iglesia, en los éxtasis, arrobamientos, levitaciones y otros fenómenos reconocidos en la Iglesia, se daban extraños efectos, en el orden somático y psíquico sin excluir por eso la acción sobrenatural de las gracias místicas.

2.3. ¿ No será el descanso en el Espíritu un hecho natural, propio de la psicología de masas, donde se produce una sugestión colectiva y un contagio por emocionalismo, sin necesidad de invocar para nada al Espíritu de Dios ?.

R.- El descanso en el Espíritu se da mucho en la oración privada por una persona, sin contagio colectivo de masas. Más que de contagio natural, propio de una psicología de masas influenciables, habría de hablarse en las asambleas, donde se da el reposo en el Espíritu, de un don eclesial de sanación, propio de un nuevo Pentecostés colectivo y maduro con frutos de conversión y transformaciones espirituales, que no se logran en otros fenómenos colectivos de masas, movidas sólo por entusiasmos humanos. La sugestión colectiva en estos casos no produce frutos espirituales como sucede en el descanso en el Espíritu. El emocionalismo, sometido a Dios y a sus mociones, no es malo en sí. Se dio en grandes santos y místicos. Dios no actúa sólo en el entendimiento del místico, sino en toda su persona y en su sugestibilidad sometida a Dios y a la fe.

2.4. ¿ Es verdad que el descanso es de Dios cuando uno cae hacia atrás; pero que si uno no cae hacia atrás, sino hacia adelante, que ese descanso no es de Dios? (Risas de algunos).

R.- Bien; el signo de discernimiento del descanso auténtico no es el de caer hacia adelante o hacia atrás, sino la presencia operativa de Dios en el alma, que se conoce por la sanación y los frutos buenos de paz, fe y amor que se producen. En el Huerto de los Olivos, algunos de los soldados que venían a prender a Cristo, al oír de sus labios el " YO SOY ", retrocedieron hacia atrás y cayeron al suelo de espaldas (Jn !8, 5). Sólo porque cayeran hacia atrás, no nos costa el que tuviesen verdadero descanso en el Espíritu. (Risas). Pudo tratarse de un signo para mostrar que el poder de Cristo es superior al poder de los hombres. Bien es verdad que Ana Catalina Emmerick, monja agustina estigmatizada, que fallece el 1824, nos dice en sus escritos de la Pasión que el Señor le manifestó que aquellos soldados que cayeron de espaldas, se levantaron del suelo convertidos.

Entonces se habría dado un descanso en el Espíritu con frutos de conversión en aquellos soldados caídos al suelo a la voz de Cristo. En este caso al caer de espaldas sería de Dios. Pero es que también al caer de bruces, hacia adelante, en algunas ocasiones es de Dios. Recordad el caso del profeta Daniel. Dios le ha abrumado con su presencia poderosa y cae de bruces en un letargo con el rostro a tierra (Dan.10,9). Cuando quiere ponerse en pie, no puede y adopta la ridícula postura de querer andar a cuatro patas (Dan. 10,11); y la palabra de Dios nos lo cuenta sin miedo a los discernidores prudentes y sensatos dictaminen que este descanso en el Espíritu del profeta Daniel no es de Dios ni favorece el prestigio social y religioso del vidente ni se puede juzgar con sensatez que este sea un camino razonable y prudente para nadie. En Daniel 10,15, Dios vuelve a hablar con el profeta y éste vuelve a caer de bruces, hacia adelante.

Y Dios está actuando. Cuando por la fuerza poderosa del Dios presente, las fuerzas corporales abandonan a Daniel temporalmente, el profeta cae hacia adelante. La dirección de la caída corporal no tiene excesiva importancia en un discernimiento espiritual, si la tiene en cambio, el que el impulso que provoca la caída provenga de la poderosa y avasallante presencia del Dios vivo. 2.5. El descanso en el Espíritu me recuerda algunas prácticas iluministas, y, por tanto, debería ser rechazado en la Renovación Carismática Católica por fidelidad al Iglesia que condenó el iluminismo en todas sus formas.

R.- En la Renovación Carismática los que saben que es el iluminismo también lo condenan con la Iglesia, pero se niegan a llamar iluminismo a lo que no es, como nadie llamaría a automóvil a un chalet porque su dueño tuviese el dudoso gusto de ponerle la matrícula de su coche viejo en la puerta. Tampoco nosotros podemos poner apresuradamente la matrícula de iluminismo al descanso en el Espíritu y creer que sólo por eso es iluminista. ¿ Con que aspecto reprobable del iluminismo podríamos identificar el descanso en el Espíritu?. Acaso ¿con la pasividad del alma iluminada que ya no tiene que orar ni hacer penitencia, sino sólo permanecer como un cuerpo exánime?. En el reposo en el Espíritu la voluntad y la mente permanecen activas en Dios. El reposo afecta al cuerpo y a los sentidos interiores sólo que después libremente se ha aceptado el descanso en el Espíritu. Este nos afecta sólo temporalmente.

En él y después de él se ora y el alma habla con Dios. En cambio, en el iluminismo, se supone que el alma no ora ni actúa, como tampoco actúan la voluntad y la mente. Actúan, si, Dios y el demonio, según los iluministas, pero no ellos que pueden cometer las mayores aberraciones sexuales porque no son ellos los que actúan, sino el maligno. El reposo iluminista del cuerpo tampoco tiene nada que ver con el descanso del cuerpo en el Espíritu, que es solo transitorio. El descanso y pasividad del cuerpo en el iluminista es continuo en los "perfectos"; los desórdenes sexuales o emocionales en su cuerpo no son suyos sino de los agentes exteriores que lo manipulan. Ellos viven en la pasividad y el reposo que los hace impecables.

Ningún carismático dice nada de esto; tras el descanso en el Espíritu uno siente crecimiento espiritual, pero no es impecable; el hombre conserva la voluntariedad y la deliberación en sus acciones libres. Pegar la etiqueta sospechosa de iluminismo al reposo en el Espíritu es una acción del "padre de la mentira" (Jn. 8,44) y de la confusión, y un pecado contra la verdad, contra la justicia y contra la caridad. No se puede poner la etiqueta de "veneno" en las medicinas y alimentos sanos, que Dios regala a su Iglesia hoy. Pido al Señor Jesús que nos ilumine a todos con su Espíritu de verdad, de ciencia y de discernimiento para conocer sus done y recibirlos con agradecimiento y para rechazar lo que no venga de Dios, de modo que siempre le glorifiquemos en nuestras vidas. ¡ GLORIA AL Señor!.

La Unción del Espíritu Santo

Introducción
Muchas personas desean la unción para su vida, pero no saben como adquirirla ni para que sirve. Dios nos enseña en las Escrituras sobre este tema y lo que El busca en sus hijos para darles de Su precioso Espíritu.

LA UNCIÓN REQUIERE HUMILDAD
En 2 Reyes capítulo 2 leemos la historia de Elías y Eliseo, cuando éste último iba a ser arrebatado al cielo por el Señor. Eliseo siguió y sirvió a Elías hasta el fin, y antes de ser llevado al cielo, Elías le preguntó: “Pide lo que quieras que haga por ti, antes que yo sea quitado de ti.” Y Eliseo le respondió: “Te ruego que una doble porción de tu espíritu sea sobre mí.”
“El le dijo: Cosa difícil has pedido. Si me vieres cuando fuere quitado de ti, te será hecho así; mas si no, no. Y aconteció que yendo ellos y hablando, he aquí un carro de fuego con caballos de fuego apartó a los dos; y Elías subió al cielo en un torbellino. Viéndolo Eliseo, clamaba: ¡Padre mío, padre mío, carro de Israel y su gente de a caballo! Y nunca más le vio; y tomando sus vestidos, los rompió en dos partes. Alzó luego el manto de Elías que se le había caído, y volvió, y se paró a la orilla del Jordán. Y tomando el manto de Elías que se le había caído, golpeó las aguas, y dijo: ¿Dónde está Yahveh, el Dios de Elías? Y así que hubo golpeado del mismo modo las aguas, se apartaron a uno y a otro lado, y pasó Eliseo.” (2 Reyes 2.9-14)

La unción requiere humildad. Eliseo no tenía temor de imitar a Elías, sino que fue lo suficientemente humilde para aprender de su maestro y pedir un doble porción de la unción de Elías. Como es el maestro, así es el discípulo. Tú debes tener la humildad de imitar a tu líder si es necesario. Eliseo golpeó las aguas del río Jordán de la misma manera que lo hizo Elías, y después resucitó a un muerto usando hasta el mismo método.

Es por esto que Dios usa a unas personas más que a otras: porque son lo suficientemente humildes para aprender de otros. En esa humildad que tenía Eliseo, vino a reposar el poder de Dios para hacer el doble de milagros que Elías hizo.

ALZANDO EL MANTO
La Biblia dice que Eliseo alzó el manto de Elías. Dios no va a ungir a nadie que no es capaz de agacharse o postrarse para recoger el manto que otro dejó tirado.

Cuando Elías tiró el manto, Eliseo tuvo la humildad de recogerlo, inclinándose para tomar lo que otro había tirado. No puedes caminar con la unción de Dios con orgullo en tu corazón. Por eso Dios se va a encargar de levantar gente que te humille para que tu carne sea eliminada y puedas recibir la unción del Espíritu. La unción reside en los que están muertos al “yo”.

Cuando Eliseo levantó el manto se fue inmediatamente al Jordán a hacer un milagro. Jordán era la frontera con la tierra de las promesas. El maestro Elías le enseñó para qué era el manto: para hacer milagros, no para jactarse del poder del mismo.

La unción no se vende; Dios la da gratuitamente a quien El quiere y a quien la pida. Dios conoce las intenciones del corazón, y no la va a dar a alguien quien la busque para engrandecerse o jactarse él mismo. La unción tampoco es para hacer una denominación alrededor de ella ni para crear divisiones en la iglesia entre los que hablan en lenguas y los que no, los que tienen el gozo del Espíritu y los que no.

La unción es para predicar el evangelio a un mundo perdido sin Cristo y para que a través de los milagros que ella haga se testifique que Cristo salva y sana.

ADMINISTRANDO LA UNCIÓN
Esta historia de Elías y Eliseo es figura de Jesús y la iglesia. Cuando Elías es traspuesto, dejó tirado el manto para Eliseo, que es figura de los discípulos que quieren la unción. Cuando Jesús sube al cielo, les dijo a sus discípulos que esperaran en Jerusalén hasta que bajara poder del cielo, es decir el manto.

Jesús quería que con la misma unción del Espíritu con la que El fue investido fuéramos ungidos nosotros, pues El dijo que haríamos mayores cosas de las que El hizo. “En verdad, en verdad os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre.” Juan 14,12

La fe es imprescindible para fluir en la unción. Ésta se hará evidente a medida que tú lo creas. La misma unción que está sobre el Pastor está sobre ti, pero la expresión de ella sobre tu vida es directamente proporcional a tu fe. No depende de cuánto tú conoces o sabes de la Palabra, sino de cuánto tú crees en lo que has aprendido. Esta es la batalla de la fe.

Jesús citó la fe y demandó fe de todo aquel que quiera ser su discípulo. Predicó muchas veces diciendo “el que creyere...”, pues Dios ha preparado bendiciones especiales para el que cree.

Cuando Eliseo tomó el manto, no se distrajo en el camino y ni presumió por tenerlo. Se fue directamente al Jordán a hacer milagros. Ve y usa la unción para lo que Dios la dejó: bendecir a otros a través de la salvación y los milagros. La unción te va a servir para que, cuando prediques la gente se convierta, para sanar enfermos, para vendar corazones quebrantados y para todo lo que Dios ha deseado. Así lo dice en las escrituras:
“El espíritu del Señor Yahveh está sobre mí, por cuanto que me ha ungido Yahveh. A anunciar la buena nueva a los pobres me ha enviado, a vendar los corazones rotos; a pregonar a los cautivos la liberación, y a los reclusos la libertad; a pregonar año de gracia de Yahveh, día de venganza de nuestro Dios; para consolar a todos los que lloran, para darles diadema en vez de ceniza, aceite de gozo en vez de vestido de luto, alabanza en vez de espíritu abatido. Se les llamará robles de justicia, plantación de Yahveh para manifestar su gloria.” Isaías 61, 1-3


La unción es para servir, nunca para engrandecerte. Quien se engrandece por la unción le pasará como a Simón el Mago, quien quiso comprarla para hacerse grande y famoso en el pueblo. Por lo tanto, fue revelado su corazón y cayó en amargura.

Dios conoce las intenciones del corazón de cada uno y dará a cada uno como El crea. Debes examinar tu propio corazón para ver por qué quieres la unción.

Conclusión
Sí tú tienes la unción, ve y haz lo que Dios te ha mandado a hacer. Si tú lo crees, las señales que Jesús habló te seguirán a dondequiera que vayas.

Los Carismas (Por el Padre Tardif).

Los Carismas (Por el Padre Tardif).

Los carismas son dones Ministeriales que dan una fuerza muy especial a la evangelización, también son dones espirituales especiales que el señor nos da para edificar la comunidad para construir la Iglesia, algunos confunden la palabra carisma con otras cosas que no son carismas sino dones naturales, por ejemplo hemos oído hablar del carisma de un peluquero y el carisma de un político, carisma de un músico esos no son dones espirituales, son dones naturales que se desarrollan, pero un carisma estrictamente hablando es un don espiritual, si el Espíritu Santo está en nosotros, desde el día de nuestro Bautismo porque somos Templos vivos del Espíritu Santo, está en nosotros con todos sus dones y todos sus carismas, el día de nuestro bautismo hemos recibido el Espíritu Santo con sus siete Dones.

Los siete Dones del Espíritu Santo son realmente la raíz de todos los carismas, hablamos de siete Dones, podíamos hablar de infinidad de dones, porque el número siete en la Biblia significa plenitud, y el día de nuestro Bautismo hemos recibido, como leemos en Isaías 11,
(1,2). Los siete Dones del Espíritu Santo, el Don de Sabiduría, de Conocimiento, de Inteligencia, el don de Consejo, de fortaleza, el don de Piedad y el de Temor de Dios.

Estos son los siete dones que tiene todo bautizado y un carisma es una manifestación exterior del Espíritu Santo, dice San Pablo en la Epístola a los Romanos: " Un carisma es una manifestación exterior del Espíritu santo", así cualquiera de los carismas que se manifiestan en la comunidad cristiana se enraízan en uno u otro de los siete dones del Espíritu Santo, ¿ y para que son los carismas?, San Pablo nos dice en las Epístola a los Efesios.4, (11-13), que Dios dio a unos el ser Apóstoles, a otros Profetas, a otros Evangelizadores, a otros Pastores y Maestros para el recto ordenamiento de los santos en orden a las funciones del Ministerio, para edificación del cuerpo de Cristo; fíjense que claro está, ¿ Para que son los carisma?, para edificar el cuerpo Místico de Cristo que es la Iglesia, para construir la comunidad, hasta que lleguemos todos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, al estado de hombre perfecto, a la madurez de la plenitud de Cristo.

El Espíritu santo se manifiesta a través de nosotros, de muchas maneras y su manifestación puede ser a través de un carisma de Profecía, puede ser a través de un carisma de Pastor a través del carisma de vida religiosa que es uno de los carismas del espíritu Santo, a través del carisma de sanación, de milagros, carisma de lenguas, de manera que los carismas son algo muy normal en la vida de la Iglesia; un gran canonista español, Teodoro Jiménez Urresti en su obra titulada " Carisma e institución en la Renovación carismática" decía: la base teológica de la Renovación son las gracias recibidas en la iniciación cristiana, y por eso no se identifica con lo extraordinario, los dones por ejemplo de lenguas y de sanación pertenecen a la naturaleza de la Iglesia a su vida ordinaria, no son cosas extraordinarias", algunos lo ven como cosa extraordinaria porque no estábamos acostumbrados a acoger esos carismas, los últimos siglos se manifestaban menos porque había tantas estructuras en la Iglesia que ¿quién por ejemplo, durante una celebración Eucarística en tiempo de Pío XII, se hubiera atrevido a cantar en lenguas en la Iglesia?, eso estaba contra la liturgia, todo estaba ordenado todo estaba estructurado, no había espacio, no había libertad para que se manifestara el espíritu, y en este sentido la gran bendición para la Iglesia ha sido el Concilio Vaticano II, en el que se abrió la puerta para que se manifestara el Espíritu a través de sus carismas, siempre hubo carismas en la Iglesia, desde el día de Pentecostés pero cuando todo está muy estructurado no hay libertad para la manifestación del Espíritu así dice san Pablo: " el Espíritu de los profetas obedece a los profetas", el Espíritu Santo se manifiesta si tiene libertad de manifestarse y si no queremos El no nos obliga, nunca nos va a quitar la libertad, y este canónigo muy famoso en España dice que los dones por ejemplo el de lenguas y de sanación pertenecen a la naturaleza de la Iglesia a su vida ordinaria es necesario considerar estos dones totalmente ordinarios, no como extraordinarios. Teníamos un Obispo cerca de Montreal que tenía mucha dificultad para aceptar esa manifestación de los carismas y el decía que no quería que los católicos anduvieran detrás de las cosas extraordinarias no le gustaba eso. y en una predicación en Montreal yo dije delante de una gran multitud. " Algunos no quieren que los católicas anden detrás de las cosas extraordinarias pero es mejor eso que andar detrás de ceremonias tan monótonas como las hay a veces, tan aburridas"

Ahora no hay cosa extraordinaria, es ordinaria en la vida de la Iglesia, es normal que si nosotros le damos permiso al Espíritu Santo que El se manifieste a través de nosotros, a través de carismas. En Santiago un día una religiosa me decía "yo no quiero carismas, no me hable de ellos" le dije: "hermana usted tiene por lo menos uno" y ella contestó "cual" no le gustó eso, le dije. " ¿usted no tiene el carisma de la vida religiosa? eso no se lo habían dicho. ella tenía el carisma de la vida religiosa y no quería saber nada de ellos. La ignorancia es muy atrevida puede afirmar cualquier cosa, todos tenemos carismas de alguna manera, el Espíritu Santo está en nosotros y se manifiesta en uno a través de algún carisma una vez en uno y otra vez en otro; otro carisma el de servicio, son muchos los carismas y sería bueno antes de ir más lejos, ver un poco los carismas que menciona San Pablo, para que veamos que son cosas ordinarias en la vida de la Iglesia, y vamos a poner nuestras vidas en manos del Espíritu Santo y nos vamos abrir a Él y podrá manifestarse a través de nosotros, y es muy humillante haber recibido un carisma, ustedes lo saben, es muy humillante porque es una prueba que solos no podríamos hacer esas cosas; el que es muy orgulloso y lo quiere hacer todo el mismo y hacer nada más que lo que él ha pensado bien, nunca va a ejercitar los carismas que recibe, como el los entiende, si yo quiero comprender antes de actuar ningún carisma es racional, los carismas son manifestaciones del espíritu no lo puedo analizar lo puedo juzgar por el fruto, dice San Pablo: "no apaguen el Espíritu, júzguelo todo y quédense con lo bueno". En su epístola 1ª a los Corintios, en los Romanos 12, en Efesios 4, nos habla de veinte carillas distintos, pero hay muchos más, podemos hacer una lista rápida de los veinte carismas que menciona San Pablo y vamos a descubrir que tenemos algún carisma sin saberlo, por ejemplo San Pablo habla de los carismas que se relacionan a la instrucción de los fieles el habla del carisma de Apóstol, de Profeta, de Doctor de evangelista, el carisma de la persona que sabe exhortar, Exhortador, la palabra de Sabiduría, la palabra de Conocimiento, o de Ciencia, el Discernimiento de Espíritu, el carisma de Lenguas, el Don de Interpretación de Lenguas, son carismas que el Espíritu Santo nos da en la comunidad para la instrucción de los fieles. Cuando el habla de los carismas relacionados al alivio de los fieles de la comunidad San Pablo habla del carisma de Limosnas, hay muchos de ustedes que tienen ese carisma y no lo saben y hay otros que no, más bien tienen el carisma de limosneros, hay el carisma de la Hospitalidad, pero no todo el mundo lo tiene, hay gente que no son fáciles en eso, yo me recuerdo que una vez, predicábamos en un retiro en Panamá y después teníamos que dar otro retiro en otra ciudad, y el párroco había aceptado en recibirnos pero no quería saber de la Renovación Carismática, la permitía nada más, eso le pasa a muchos párrocos todavía y necesitan un lavado de cerebro porque no entienden que se trata, pero él nada más aceptó a recibirnos a comer antes de dar el retiro en la parroquia con el equipo de la Renovación, éramos yo, otro sacerdote y el chófer, pero él al recibirnos dijo: " me habían dicho que eran dos y yo había preparado comida sólo para dos" Yo quedé muy mal, porque habíamos invitado al chófer a venir a comer con nosotros, el pobre nos había traído de lejos, entonces cuando el párroco reaccionó así, yo le dije al chófer: " bueno ven con nosotros y yo te daré la mitad de mi comida" y ahí el párroco no pudo con él; entramos y comimos los tres y sobró comida, mucha comida, ese padre no tenía el carisma de la hospitalidad, hay personas así.

Uno que tiene el carisma de la Hospitalidad y recibe visita a la hora de comer dice "ven a comer" y si ve que falta algo le echa un poco de agua a la sopa y lo soluciona, ¿verdad? saber compartir; el otro que no tiene ese carisma está muy limitado. Ese padre el pobre no tenía el carisma de la hospitalidad. Eso sucede a veces, llegas a una casa a la hora de la comida y cuando ven llegar el coche rápidamente tapan los platos, y tu entras y te dicen: " padre que pena si hubiese llegado antes hubiera comido con nosotros" y entonces cuando te vas sacan sus platos fríos y se lo comen frío, porque es muy notable que hay personas que tienen el carisma de la hospitalidad y otros nunca están dispuestos a recibir, a acoger a la gente, es un don del Espíritu Santo yo supongo que lo tienen todos ustedes por eso hablo con mucha libertad.

Dice San Pablo que los dones o carismas que el Espíritu Santo nos da para el alivio de los fieles en esos dones aparecen el don de Asistencia, el carisma de Curación o sanación, el carisma de milagro y la Fe Carismática la fe que no duda.

Y en un tercer grupo de carismas el habla de los carismas relacionados al gobierno de la comunidad, fíjense que los carismas son siempre para el servicio de la comunidad y para evangelizar, para anunciar la buena noticia de Jesús Resucitado y formar comunidades fraternas donde Jesús es el centro y donde se vive en la fe, en el tercer grupo relacionado al gobierno de la comunidad a la dirección de la comunidad está el Carisma de Pastor, el Carisma de aquel que preside, el Carisma del Diácono, la Diaconía, al recibir a Cristo recibió ese carisma, el Carisma de los Ministerios de los Servicios, hay muchos carismas por ejemplo el carisma de la Infalibilidad del Sumo Pontífice; la única persona del mundo que tiene ese carisma del Espíritu Santo es el Papa, Jesús dijo a Pedro: " tu eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia", no dijo mis Iglesias, Jesús fundó una, todas las demás la fundaron los hombres, El fundó una Iglesia y dijo "edificaré mi Iglesia y las puertas del infierno no la vencerán", esa promesa que hizo Cristo dando infalibilidad al Papa cuando habla en nombre de Cristo, cuando decreta un dogma de fe la mantiene esa promesa, ese carisma sigue vigente en la Iglesia, pero si el Papa renuncia a su cargo como Vicario de Cristo en la Tierra, como ha sucedido alguna vez en la historia de la Iglesia, por enfermedad o por lo que sea, entonces se reúnen los Cardenales del mundo, son ciento veinte, siempre hay este número de Cardenales, cuando faltan, el Papa nombra nuevos Cardenales, estos después de los ochenta años ya no pueden votar para la elección del Papa y mantienen el número ciento veinte como en el Cenáculo donde el número de los que se reunían eran de unos ciento veinte, dice el libro de los Hechos de los Apóstoles; y se reúnen los Cardenales y nombran un Sumo Pontífice. Suponemos que Juan Pablo II renuncia, lo que no va a pasar pero suponemos que renuncia y que se nombra un nuevo Papa, el Carisma de la Infalibilidad lo tendría el nuevo Papa y ya no lo tendría Juan Pablo II, después de haber renunciado a su cargo pastoral de Vicario de Cristo en la Tierra, y esto es un signo de que un carisma es un don para acompañar un ministerio y que ese don puede desaparecer, si el ministerio desaparece, yo he notado por ejemplo que ese carisma de Sanación que me dio el señor lo veo especialmente en la Evangelización, y si yo dejo de evangelizar, predicar estoy seguro habría muy pocas manifestaciones del Carisma de sanación, acompaña la evangelización; en el ministerio que el Señor me ha dado ese carisma acompaña el anuncio del evangelio, hay personas que no entienden eso, tenemos una evangelización una misa de sanación y se ora por los enfermos y creen que si no se les toca no se van a sanar, eso es superstición no es fe, la fe esta en Jesús y El actúa no hace falta tocar a nadie, a veces el Señor sana a través de la televisión y no tocamos a la persona, a veces sana a través del la radio y otras a través del teléfono, yo no les digo esto para que me llamen porque no alcanzo para tanta llamada. No hay reglamento para Jesús sanar, pero donde vemos mas manifestaciones del poder de Espíritu Santo en ese ministerio de sanación es especialmente en la evangelización, de tal manera que si uno no puede evangelizar es como si estuviera haciendo un ministerio a medias, si alguien me pide orar por los enfermos y no me da tiempo para evangelizar yo le digo que no, no voy.

yo fui invitado un día a predicar en una catedral, donde el Arzobispo, yo venía de lejos a predicar a esa catedral era para una novena a la Virgen, llegué allí y el celebró la misa era normal siendo el la autoridad, después el predicó y después en la comunión me pidió hacer una oración por todos sus enfermos, el había predicado sobre el valor del sufrimiento que es muy bueno, yo le dije " Monseñor Usted habló tan bien del valor del sufrimiento que nadie se quiere sanar así, voy a perder el tiempo" le dije "usted quiere que ore por los enfermos deme por lo menos unos minutos para decirle a la gente que Jesús también sana, el valor del sufrimiento redentor y el valor de la sanación como signo que acompaña la proclamación de la palabra de Dios" el dijo eso está bien, entonces yo prediqué quince minutos para dar mi testimonio y poder decirle a la gente que Jesús también sana, el acepta nuestro sufrimiento cuando se lo ofrecemos y le da un valor de redención, pero también El quiere manifestar su victoria, cada vez que Jesús sana a un enfermo nos recuerda que El ha vencido el pecado y las consecuencias del pecado, y la enfermedad entró en el mundo por causa del pecado, y la muerte entró en el mundo por causa del pecado, son consecuencias no del pecado personal, sino del pecado original, un niño de tres meses no ha hecho ningún pecado y si enferma es porque pertenece al género humano y hereda las consecuencias del pecado original de Adán y Eva, y cuando Jesús sana a un enfermo nos vuelve a recordar que El ha vencido al pecado y cuando resucita a un muerto nos vuelve a recordar su victoria sobre el pecado original, y su propia resurrección fue la gran señal de su victoria sobre el pecado, El resucitó victorioso del sepulcro para no volver a morir y nos da la seguridad de que nosotros también resucitaremos todo. pero lo peor es pensar que no todos van a resucitar para la misma suerte, unos dice el profeta Daniel resucitarán para su eterna salvación, y otros resucitarán para su eterna condenación.

Pensándolo bien eso es de pánico, por eso es urgente evangelizar a nuestros hijos a nuestros familiares a nuestros amigos a nuestra comunidad para que ellos también tengan la gran bendición de la resurrección final para su eterna salvación, porque sino pueden seguir andando por camino extraviado y no saben a donde le lleva eso, no tienen ni idea de lo que va a pasar después de su muerte, ustedes deben comunicarles lo que ustedes saben acerca de Dios de la vida eterna, del Cielo del Infierno que sepan que eso existe, y entonces en la evangelización cuando proclamamos a Jesús el Señor que vino a este mundo por nosotros los hombres y por nuestra salvación ,que murió por nosotros y resucitó para darnos a nosotros la vida eterna, cuando proclamamos estas verdades, este primer anuncio de Jesús, muchas veces el señor acompaña la proclamación de su palabra con signos que vienen a dar credibilidad a su palabra. Traten de comprender que el ministerio de sanación es algo muy normal en la evangelización.

A veces terminamos un retiro o una misa de sanación y se te acerca gente y me dice " padre impóngame las manos" y me entran gana de darle un puñetazo, y decirle acabamos de terminar, déjale al Señor el tiempo de obrar. hay cierta superstición, piensan que tocándolos se van a sanar, yo les dije en Italia " usted está muy equivocado al querer tocarme, acuérdate que cuando Jesús entró en Jerusalén, El entró sentado en un burrito y si la gente tocaba al burro no recibía nada, ¿verdad?, yo soy como el burrito que lleva a Jesús, toca a Jesús pero no a mí, si tu tocas al burro no vas a recibir nada" Hay que tratar de orientar a la gente a purificar su fe.

Estaba predicando un día un retiro al aire libre, había muchas personas tenía mi saco lo quité para poner el alba lo puse sobre mi silla y celebré la misa y durante la predicación oí gente que se estaban moviendo detrás " pensé que será lo que pasa" y una me dijo "los botones" yo no entendía eso de los botones y después de la misa me di cuenta que me habían cortado todos los botones de mi saco, para guardar reliquias, cualquier día van oír decir que los botones del padre Emiliano están sanando a la gente. Es curioso yo volví con un saco sin botones, tuve que comprarme botones para ponerlos en mi saco, pero debemos purificar nuestra fe y poner nuestra fe en Jesús. no en esas cosas.

Es interesante que la gente descubra que los carismas son dones a través de los cuales el Señor actúa respondiendo a una oración pero no es cuestión ni de tocarles, "póngame la mano, póngame la mano ahí", yo digo "no pongo la mano en ningún sitio lo más es ponerla en la cabeza, pero déjeme tranquilo".

Hay brujos que ponen la mano donde le duele a la gente pero nosotros en el ministerio de sanación no hacemos eso, es la fe; la imposición de manos sobre la cabeza, sobre los hombros no está mal pero no es eso lo que sana, es un signo de compasión nada más , el que sana es Jesús, con el poder de su Espíritu y si ustedes van a orar por una persona traten de aprovechar de su visita a un enfermo o aún vecino para evangelizarlo un poquito, evangelizar no se hace solamente desde el púlpito o de la televisión o de la radio, se puede hacer en un diálogo personal con el enfermo que tu visitas, háblale algo de Jesús, háblale algo del valor su sufrimiento que lo ofrezca y pida con el que el señor le libere, porque Jesús ha tomado sobre si todas nuestras dolencias, nos dice el profeta y por sus santas llagas somos curados y es un buen momento para presentar a Jesús a tu enfermo ayudarlo a reflexionar, tu puedes evangelizar cada vez que tu oras por un enfermo. Todos los carismas acompañan a la evangelización, son dones maravillosos para fortalecer la evangelización , ya sea una evangelización desde el púlpito o en una visita privada o por teléfono, a través de una carta, tu aprovecha para decir algunas palabras a la persona y puede el señor actuar a través de tu carta, les digo que una de las sorpresa de mi vida es ver como mi librito JESÜS ESTÄ VIVO está evangelizando.

Yo he recibido cartas de Hungría de una señora que me decía que leyendo JESÜS ESTÄ VIVO se sanó de su artritis durante la lectura, yo me preguntaba como podía ser si el libro no está traducido en húngaro y le volvía a escribir preguntándole quién fue el que tradujo este libro en húngaro, fue un padre jesuita que se le ocurrió traducirlo y no me había dicho nada, entonces le dimos las gracias al padre que lo tradujo. Ya acabamos de llegar a un millón de ejemplares, como puede ser tan sencillo y circular tanto, parece ser que el Señor lo utiliza como un medio para evangelizar, está traducido en 16 idiomas, no lo digo esto para que lo compren porque ya hemos vendido bastantes, pero es curioso, testimonios sencillos que mientras la gente lo va leyendo, algunos crecen en la fe y hasta reciben bendiciones, sanaciones; que quiere decir eso que la sanación acompaña la evangelización.

Cualquier carisma es un don para conducir la comunidad y para acompañar la evangelización. Todos los carismas son dones espirituales especiales que el Señor nos da para construir la comunidad, para servir la comunidad.

El Papa Pablo VI en una catequesis el 16 de Octubre del 1974 dijo algo muy bonito al respecto " Uno recibe el don de los milagros para que pueda realizar actos que a través de la maravilla y de la admiración llamen a la fe, y quisiera Dios que el Señor aumentase todavía mas una lluvia de carisma para hacer fecunda hermosa y maravillosa a la Iglesia y capaz de imponerse incluso a la atención y el estupor del mundo profano lay sisante".

Una profecía puede ser por ejemplo la oportunidad para el bien de una asamblea de crecer en la fe, a veces en una reunión una persona recibe una profecía bien bonita llena del Espíritu y una persona en la asamblea se siente tocada en su corazón y comienza a llorar, y el que dio la profecía sabía que era una palabra para esta persona, tal vez para sanar una herida emocional, de su corazón tal vez para fortalecer su fe.

Cualquier carisma es una manifestación exterior de uno de los siete dones del Espíritu, todos lo carismas se enraízan en los siete dones del Espíritu Santo, por ejemplo el carisma de la palabra de Sabiduría se enraíza en el don de Sabiduría, el carisma de la palabra de Conocimiento y de la fe carismática la fe que no duda se enraízan en el don de conocimiento, el carisma de Profecía de enraíza en el don de Inteligencia, el carisma de Discernimiento y de Interpretación se enraízan en el don de Consejo, y vemos que el carima de sanación y el carisma de milagros se enraízan en el don de Fortaleza, es una manifestación exterior el don de Fortaleza, el carisma de Lenguas es un don de Oración en el Espíritu, también puede servir para comunicar mensajes en Lenguas pero es primero un don de Oración y se enraíza en el don de Piedad que hemos recibido en el bautismo, de manera fíjense bien : la palabra de Sabiduría, la palabra de Conocimiento, la Fe Carismática y la Profecía nos hacen hablar como Jesús, nos da la capacidad de hablar como Él, porque es el Espíritu de Jesús el que actúa en nosotros, el discernimiento de Espíritu y el carisma de Interpretación nos hacen pensar como Jesús, el carisma de Sanación el carisma de Milagros nos hacen obrar como Jesús.

El don de Lenguas que es un don de Oración en el Espíritu nos hace orar como Jesús, si la gente supiera el valor del don de Lenguas, dejarían de burlarse de este don, porque es una fuerza de oración mas grande que la nuestra, dice San Pablo en la Epístola a los Romanos en el capítulo 8 versículo 26: "Nosotros no sabemos como orar para orar como conviene, mas el Espíritu Santo viene en ayuda de nuestra debilidad, y viene a orar en nosotros con gemidos inefables" no son palabras fácil de aceptar al principio. Yo me recuerdo que aquí en radio Santa María la emisora católica de un padre que daba conferencias cuando comenzó la Renovación Carismática el se pensaba bien capacitado, todo lo quería juzgar y entender y como no entendía el don de Lenguas el dijo en su conferencia que los que hablan en Lenguas es porque les faltan vitaminas ¡ que barbaridad!, el no entendía; muchos campesinos que habían recibido el don de Lenguas y oyeron esto, no querían hablar mas en Lenguas para que no les llamaran locos; yo tuve que ir visitando los grupos de la Parroquia diciendo: "sigan orando en Lenguas y vamos a demostrarle a ese padre que no nos falta vitaminas" a el si le faltaron vitaminas porque un día se desanimó en su vocación, dejó su congregación dejó el ministerio y ahora va perdido por ahí y no se lo que hace, le faltaron vitaminas, y los grupitos de oración siguieron orando en Lenguas y ahora tenemos 2500 grupos de Oración Carismáticos en la República Dominicana, y siguen construyendo comunidades, pequeños grupos que se reúnen para formar comunidades fraternas, donde los carismas aparecen para servir a los hermanos.

Es importante que nosotros podamos descubrir que un carisma no es para uno mismo es para servir la comunidad, el único carisma que nos sirve personalmente es el don de Lenguas, el don de orar en Lenguas porque es un don de oración es una manifestación exterior del don de Piedad que hemos recibido en el Bautismo, y dice San Pablo que el que habla en Lenguas se edifica a sí mismo, se está construyendo espiritualmente, por eso los que tienen el don de Lenguas deberían orar en Lenguas todos los días, no solamente una vez a la semana cuando viene la reunión de oración, traten de dejar que el Espíritu santo vaya construyéndolos a ustedes cada día.

Yo conozco un sacerdote que de noche cuando llega bien cansado se sienta en su mesa de orar en el aposento y me contaba que le gustaba orar por lo menos veinte minutos en Lenguas solito, y el ha descubierto que la oración en Lenguas es una puerta abierta a la oración contemplativa, que el no había gozado todavía de ese privilegio de la oración contemplativa y orando en Lenguas nuestra inteligencia no trabaja es el Espíritu que ora en nosotros, y la inteligencia está libre para no dejarse distraer por ideas distintas y para comenzar a contemplar el amor de Dios a través de la oración.

El don de Lenguas es un don de Oración en el Espíritu, es mucho más poderoso que nuestra pobre oración.

Todos los carismas son para ayudarnos, lo que dice San Pablo del don de Lenguas cuando dice " el Espíritu Santo viene en ayuda de nuestra debilidad", nosotros lo podemos decir por cualquier carisma, todos los carismas son dones en los cuales el Espíritu Santo viene en ayuda de nuestra debilidad, por eso les repito: Los carismas son dones para servir mejor. El recibir un carisma es muy humillante porque es una prueba de que solos no podemos hacer esa obra, si la podemos hacer solos el espíritu Santo no tiene porqué venir en ayuda de nuestra debilidad en ese sentido es humillante, por eso para ejercitar los carismas hay que morir a nosotros mismos, hay que dejarse de preocuparse del que dirán, " que va a decir la gente si yo doy una profecía, que va a decir la gente si yo canto en Lenguas, que van a decir si yo impongo las manos a un enfermo" la preocupación del que va a decir la gente apaga mucho el Espíritu, es el respeto humano es la vanidad, no querer ser burlado, hay que aceptar la crítica de la gente y a veces para entrar en la vida del Espíritu de verdad hay que decidir que nuestra reputación no tiene importancia, lo importante es el reino de Dios, hay que morir a nuestro yo a nuestra preocupación por nuestra fama , por ejemplo, hay que perder nuestra fama para ejercitar los carismas, si nos preocupamos por ella para tener un nombre muy bueno delante de todos, ¿quién se va atrever a ejercitar carismas en público?. Ese es el problema de muchos.

Yo le decía a los sacerdotes en Roma en una intervención que tuve en el primer retiro sacerdotal, yo les dije": muchos sacerdotes tendrían carismas hermosos si no tuviesen tanta preocupación por su fama, por su reputación. Porque para ejercitar los carismas hay que dar hasta nuestra reputación, aceptar que algunos nos critiquen y también les dije a ellos que muchos seglares tienen mucha preocupación por su reputación y están como bloqueados por el respeto humano. Antes de ejercitar un carisma les decía se parecen a un sacerdote de nuestro país que al principio de la Renovación tenía un obispo que toleraba la Renovación, no le gustaba eso, y había grupos de oración que crecían en el país en distintas parroquias, y un día había un retiro de mucha gente de miles de personas y se invitó al obispo a celebrar la Misa de clausura, eso por lo menos sabía hacer, celebrar misa, habían instalado una tarima alta delante de todo el mundo, cuando el obispo subió al altar celebrar Misa fallaron los micrófonos, no había sonido, y sin sonido era imposible hablar a la multitud, y entonces el sacristán abrió el amplificador tocó los alambres y nada no había sonido, y entonces el pobre obispo dijo: "creo que tenemos un problemita con los micrófonos" y la multitud contestó: "y con tu espíritu" .Se pensaban que comenzaba la misa ¿verdad?. sin darse cuenta dijeron una palabra de Sabiduría, porque teníamos problemas con su espíritu.

Este obispo ya no tubo más problemas con su espíritu, él aceptó muy bien la Renovación al juzgar los frutos, así nos pasa a todos tenemos problemas con nuestro espíritu, nos cuesta abrirnos a la acción del Espíritu Santo, dejar que pase a través de nosotros porque ningún carisma es racional, si yo quiero juzgarlo todo antes de hablar, ¿cómo voy a dar una profecía, cómo voy a cantar en Lenguas?, cuando comienzo a cantar en Lenguas yo no se ni la palabra ni la música, me viene un impulso a cantar en Lenguas y yo no se donde voy a parar con eso, es un paso en fe cualquier carisma; si yo quiero estar seguro de que se va a sanar un enfermo, antes de imponerle las manos no lo voy a hacer, porque yo no tengo seguridad, algunos por miedo a ser burlados no se atreven ni a dar una palabra de sabiduría que reciben, y no se atreven a hablar por miedo a equivocarse, y es una muerte a nosotros mismos el ejercicio de los carismas.

Hay que morir a nuestras vanidades hay que aceptar ser criticado, para ser instrumentos con poder para la construcción del reino de Dios, si yo me preocupo mucho de mi reputación nunca voy aceptar los carismas porque no es racional, el ejercicio de los carismas no es racional, no digo que irracional pero si más alto que mi razón, no es la capacidad humana la que actúa es el poder del Espíritu Santo, es más alto que mi razón.

El ejercicio de los carismas es un camino de crecimiento en la fe y en el amor. En la fe porqué cada vez que ejerces un carisma tu lo haces en fe, tu nunca tienes seguridad, se juzga el árbol por los frutos no por lo que piensa mi párroco o lo que piensa mi vecino de atrás, se juzga por los frutos. Y para ver el fruto hay que poner la semilla, entonces repito es un camino de crecimiento en la fe y en el amor porque ningún carisma es signo de santidad, es un don gratuito para servir, lo que nos santifica es el servicio, si yo creo que es un signo de santidad puedo corregir mi opinión, por ejemplo una persona puede recibir el carisma de la vida religiosa que es un carisma auténtico que reciben miles de personas en la Iglesia, pero si con su carisma de la vida religiosa, vive mal la vida cristiana si vive una vida desordenada a espalda del Evangelio, con su carisma de la vida religiosa se puede ir derechito al infierno. Es una prueba de que un carisma no es prueba de santidad es un don para servir y si yo lo pongo al servicio de la comunidad eso si me santifica y me obliga el ejercicio de los carismas a caminar en fe, siempre es un paso en fe, yo me recuerdo haber vivido una experiencia bien difícil un día en Artipa en el Perú, teníamos una campaña de evangelización y en la misa de clausura habían organizado un encuentro en el centro deportivo, había 14.000 personas, el centro deportivo estaba repleto, y habían anunciado que en la misa de clausura íbamos a tener un ministerio de sanación, celebraba la misa el obispo, había 25 sacerdotes concelebrando, fue una misa de mucho gozo y de mucha alegría y había muchos enfermos junto al altar abajo en sillas de ruedas, con muletas, en camilla, otros con bastones, realmente parecía un hospital. Cuando vino el momento de la oración de sanación después de la comunión, hicimos una oración comunitaria, cantamos en lenguas y yo recibí en mi corazón una palabra del señor muy clara, que aquí hay alguien que sufre de parálisis y se está sanando, yo la dije y lo anuncié , pedí a la persona que tenía parálisis que sentía mucho calor en sus piernas que intentase levantarse en el nombre de Jesús, que iba a caminar, y no se movía nadie, lo volví a repetir le decía te quedas sentado no se va a ver la gloria de Dios, pon un gesto de fe, levántate, tu puedes caminar tu sientes sanación físicamente, y nada, entonces me empecé a sentir muy incómodo especialmente por el obispo que estaba ahí, yo pensaba que iba a decir que era un mentiroso, anuncio algo y no pasa nada, entonces dije sigamos orando y cuando te des cuenta de tu sanación tu darás testimonio seguimos orando y recibí otra palabra del Señor bien clara hay alguien que sufría de sordera y se está sanando, tu por lo menos te das cuenta de tu sanación porque tu no oías lo que yo estaba diciendo y ahora esta oyendo clarito, ponte de pie dale gloria a Dios, identifícate y al decir esto uno de las sillas de ruedas se levantó, ¡ era él, el paralítico pero estaba sordo! Yo le gritaba en el nombre de Jesús levántate camina, el pobre me mirándome estaba sordo. Entonces el señor vino en ayuda de mi debilidad y le sanó los oídos, el hombre se levantó y comenzó a llorar y se dio cuenta de que podía caminar y llorando de alegría se acercó hasta el micrófono, y el nos contó que el había sufrido un derrame cerebral muy fuerte que le causó la parálisis de todo el lado derecho y le había afectado los oídos y no oía, y acababa de sanarse de parálisis y de los oídos. Cuando el terminó yo tomé el micrófono y dije." Señor la próxima vez sana los oídos primero y las piernas después" Yo le daba consejos al Señor para no pasar por ese aprieto, que realmente es una muerte a veces este ministerio.

Es una muerte porque no siempre aparece de una vez el signo, por eso hay que decidir que nuestra reputación no es importante, lo importante es la gloria de Dios, y la Gloria de Dios se manifestará tal vez dentro de dos semanas, porque la sanación no siempre es instantánea a veces es progresiva, yo les hablo de este ministerio de sanación pero no vayamos a limitarnos, todos los carismas acompañan la evangelización, acompañan la construcción de la comunidad, una vez estaba yo predicando en Bruselas y el cardenal Danis, después de los retiros me llamó, yo pensé que será lo que pasa, será un espía del vaticano que me denunció, uno no sabe como la gente puede interpretar esos retiros, a veces algunos están muy confundidos, y ahí me hizo preguntas y mas preguntas sobre el ministerio de sanación, sobre el carisma de la Palabra de Conocimiento, sobre el ministerio de la Liberación y yo me di cuenta que el quería verificar lo que yo hacía, hora y media haciéndome preguntas y yo le pregunté " Usted que piensa de todo eso" y el me decía la opinión mía no es importante lo que quiero saber es la opinión suya, y yo le decía mi opinión hablando y hablándole de Eminencia.

Yo creo que el señor nos da maravillas para contemplar y nosotros las transformamos en problemas para discutir el me dijo tiene usted razón es verdad.. En vez de dar gloria a Dios a veces hacemos problemas con las manifestaciones del Espíritu pero San Pablo nos dice que hay que juzgarlo todo y quedarse con lo bueno, y vamos a juzgar ¿cómo? por los frutos dice Jesús se juzga un árbol por los frutos, por los frutos lo conocerán y los frutos esos carismas que el señor está renovando en la Iglesia hoy son numerosos, los frutos son realmente para la evangelización, para la manifestación del poder de Dios entre nosotros, para la construcción de la Iglesia. termino diciéndoles que todos los carismas manifiestan el poder de Dios, autentifican el mensaje, invitan a la conversión, acompañan a los apóstoles a los que anuncian el evangelio, estos signos vienen a confirmar como dice San Pablo en Romanos 1,16 El Evangelio es una fuerza de Dios para la salvación de todo el que cree. Amén

Los Carismas
Tanto las visiones como las locuciones pueden ser de tres clases:
1ª. Sensibles o externas, es decir, percibidas por los sentidos. 2ª. Imaginarias, o no percibidas por los sentidos externos sino por la imaginación. 3ª. Puramente intelectuales, o no percibidas ni por los sentidos externos, ni internos, sino recibidas directamente por la inteligencia.

Las primeras son de suyo propias de los principiantes en la vida mística, quienes no saben prescindir de sus sentidos externos ni han conseguido desligarse de los efectos sensibles, además son las menos seguras.

Las segundas corresponden a las almas más adelantadas y que han conseguido vencer a sus potencias sensitivas, pero no de forma como para no necesitar de ciertas consolaciones.

Y por último, las terceras son las de las almas que han llegado a un grado de perfección grande, cuyas potencias del alma están muy purgadas y que además están en condiciones de alcanzar un conocimiento puramente espiritual. Estas últimas son las más seguras y según los teólogos, en ellas no es posible el engaño al no percibirse por los sentidos.

Todas estas gracias carismáticas podemos considerarlas como un fenómeno ordinario entre las almas que han llegado a una elevación espiritual o contemplación, a través del desarrollo de las virtudes en su corazón y desde luego por medio de la disciplina y el esfuerzo. En cambio, en las manifestaciones que se dan en las almas que carecen de un grado de perfección espiritual, como suele ocurrir en las actuales apariciones de la Virgen, eligiendo a sus videntes de entre los simples fieles, tiene lugar preferentemente las visiones o manifestaciones sensibles por los sentidos.

Lo que importa es no apegar el corazón a estos medios extraordinarios del Señor, sobre todo sabiendo despreciar lo que tienen de consuelos sensibles, ya que esto sería buscarse uno a sí mismo y olvidar de quién procede la dádiva.

Pero también es cierto que no debemos resistir si Dios las ofrece, ni impedir que infunda esta gracia en nosotros si El así lo desea. Nuestro consejo a todas las almas es que se fundan en una verdadera unión mística con su Creador, y será entonces cuando los Dones del Espíritu Santo se derramarán sobre toda criatura.
Mas para escuchar la voz del Espíritu y entablar conversación amorosa, es preciso el mayor recogimiento y pureza de corazón por nuestra parte.

Difícilmente se comprenderá la voz del cielo si estamos sumergidos en el estrépito del mundo, en lugar de buscar las cosas de Dios en el silencio y aislamiento de todo lo terreno. Incluso para las almas consagradas y las que viven trabajando por Dios, si están continuamente atareadas y sin tiempo para recogerse en oración, no llegan a captar como favores de cielo ciertos hechos que para los sencillos y pequeños, son palpablemente manifestaciones de Dios.

Para alcanzar la ciencia de la mística, que en su más estricta acepción es la misma vida cristiana llevada a su plena manifestación, se necesita de un continuo esfuerzo en la oración.

Tema tomado de Luis Matute Murillo de su libro CARISMAS: don sobrenatural.

Testimonio Yo puedo añadir por experiencia que al principio el Señor te pone sensaciones perceptibles por tu cuerpo como escalofríos, calor intenso, fuerte olor a Rosa o incienso, sensación de elevarte del suelo, etc. antes de recibir una locución o visión, pero que con el tiempo te desaparecen y después has de actuar tú en fe, cuando sientas esa locución, sin que hallas tenido esas percepciones sensitivas en tu cuerpo.
Cuando el Señor te quiere transmitir algo a tu corazón, una vez que ya no sientes esas sensaciones en tu cuerpo, te lo transmite a través del pensamiento, con palabras que te vienen al corazón, normalmente mas fuerte que otras palabras interiores y a veces repetitivas.
Un día en el grupo de oración, habíamos orado unos por los otros imponiéndonos las manos, yo sentí en mi corazón que una persona que había en el grupo, la oración que le habíamos hecho le había sentado muy mal y que volviéramos a hacerle de nuevo oración, yo le dije en voz alta para que todos me sintieran, y nadie dijo nada, por segunda vez me vinieron estas palabras a mi corazón con fuerza y volví a decirlo en el grupo y nadie dijo nada, pero me vinieron por tercera vez y con vergüenza las volví a repetir, en eso que se levanta una mujer de entre los que estábamos, seríamos unas quince personas, y dijo con voz fuerte y llorando:

¡Yo soy esa persona, he estado a punto de salirme del grupo y no volver mas!, yo le pregunté: ¿que té pasa Carmen?, y ella contestó: ¡habéis hecho oración por todos los familiares de todos menos por los míos!, Yo le dije: ya ves que el Señor no quería que te fueras por eso me ha puesto esas palabras en mi corazón, así que le impusimos todos las manos de nuevo y pedimos por sus familiares a través de ella.
Ya veis el Señor se valió de mí para que esta mujer siguiera en el grupo, a raíz de ahí, el Señor me fue dando palabras en mi corazón que se cumplían acto seguido o poco más tarde, que confirmaban las palabras del Señor en mi corazón, esto no te da la seguridad de que seas mas o menos bueno sino que el Señor se vale de quien quiere y como quiere para hacer su voluntad. Angel Segura.

El Don de Lenguas

El Don de Lenguas "Es un Don de oración que nos capacita para orar a un nivel más profundo"

El P. Sullivan, jesuita de la Universidad Gregoriana de Roma, después de un minucioso estudio de este don, concluye: " La oración en lenguas de la comunidad de Corinto, igual que la de hoy, es un hablar y cantar de modo ininteligible, que no se produce por un éxtasis religioso. Aquellos que la practican la consideran bienhechora en cuanto forma de orar. Estamos, pues, fundamentados cuando afirmamos que este fenómeno religioso. del que constatamos hoy día una reminiscencia, es el mismo del que nos habla Pablo en 1ª Cor. 12, 14. En virtud de ésta conclusión, nos hallamos ahora mejor capacitados para comprender por qué Pablo da gracias a Dios por este don y por qué expresa su deseo de que todos pudieran recibirlo. Hoy , en efecto, millares de cristianos pueden dar testimonio de los frutos que esta extraña manera de orar y cantar produce en sus vidas. Para un gran número de personas ha sido la llave que ha abierto la puerta de una nueva experiencia de Dios".

"El que habla en lenguas no habla a los hombres sino a Dios" (1ª Cor. 1 4,2). Cantar en lenguas es un vehículo para hablar a Dios, un medio para que el Espíritu ore en nosotros. El canto en lenguas expresa sentimientos y pensamientos, pero en un sentido global como las lágrimas o la risa. El Espíritu Santo se une a nuestro espíritu, no lo sustituye. Se sirve de todos los recursos de nuestra naturaleza. No es que, de repente, seamos dotados de una capacidad milagrosa. El don consiste en dejarse interior y exteriormente con sencillez, para que pueda brotar este lenguaje de niño. El canto en lenguas se convierte así en el lenguaje de la alabanza, de una alabanza integral, de todo el ser, en la presencia de Dios.

El dominico Vicente Rubio lo describe formidablemente al darnos su testimonio:

" Hace ya mucho tiempo, cierta tarde participaba yo, más como observador y crítico que como orante, en una asamblea de oración, impropiamente llamada "carismática". Había más de trescientas personas. De pronto me di cuenta de una cosa. Nadie de los que cerca de mí estaban orando se expresaban en nuestro idioma castellano. Ni siquiera oraban en voz alta, según costumbre, alabando intensamente a Dios ... ¡ CANTABAN ! ¡CANTABAN SIN SER CANTORES!. Y cantaban con una melodía que en nada se parecía los cánticos antiguos o modernos. Lo más raro es que cantaban con palabras desconocidas. Fue una música sublime, pura, espiritual. Sólo Dios se dejaba sentir en ella.

Todo semejó a un orfeón gigantesco que, sin perder su elevación divina, comenzó suave, siguió creciendo, hasta alcanzar un clímax rotundo; al llegar a ese punto, era como una nota o un acorde inmenso, poderoso y fuerte. Cielos y tierra, la Iglesia y la creación entera cantaban al Dios infinitamente santo. O como si Dios se cantara a sí mismo, humildemente, en su inmensa gloria y nos dejara escuchar un rato aquí en este mundo la hermosura de su canción eterna. Luego las voces fueron disminuyendo poco a poco hasta que, como sí un invisible director de coro hubiese dado la señal de terminar, la asamblea íntegra cesó de golpe en aquel maravilloso canto.

Me quedé perplejo. Porque los numerosos integrantes de la reunión no eran cantantes profesionales ni aficionados. Tampoco se trataba de ninguna canción conocida. Mucho menos de una entonación más o menos identificable. Era una melodía nueva, espontánea. La armonía misma, juzgada desde el punto de vista musical, resultaba rica, por no decir riquísima. Recordaba de lejos las composiciones sagradas alemanas, más armónicas que melódicas, llenas, intensas. Nada pregunté sobre aquello. Dirigí discretamente mi vista a la asamblea entera. Vi como toda ella se hallaba sumida en un recogimiento profundo. ¡Imposible poner a tanta gente de acuerdo para canturrear tan bien!. Además..., en su mayoría, aquellas personas ignoraban la música. Tampoco había cancioneros ni partituras. Nada de estudio previo... ni ensayos. Únicamente allí se percibía a Dios en su imponente grandeza y en esa tremenda cercanía que El tiene para con nosotros, rebosante de amor.

Cuando regresé a casa, abrí la Biblia para ilustrarme sobre lo que acababa de percibir. Leí el texto del evangelio de San Mateo 26,30, único sitio donde expresamente se dice que Jesús cantó: "Después de cantar el himno, se fueron (Jesús y los apóstoles) al monte de los olivos". ¿Sería el canto que yo había escuchado aquella tarde una participación del canto que Jesús entonó en la tierra y sigue entonando en el cielo para alabanza y gloria del Padre por el poder de Espíritu Santo?. Podía ser, pero aquel pasaje bíblico de San Mateo no me ilustró demasiado acerca de lo que tanto me inquietaba. Leí Hechos de los Apóstoles 16,25. Allí se relataba que estando Pablo y Silas presos en la cárcel "a medía noche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios ". Quizás lo que Pablo y Silas cantaban a Dios se pudiera parecer a lo que yo había oído en la asamblea aquella tarde, pero el texto sagrado tampoco me aclaraba mayormente lo que anhelaba saber.¿ Qué hacer? Tratar de esperar con paciencia, a ver si se presentaba una nueva oportunidad.

Pronto se presentó el día esperado. Esta vez hallábanse a mi lado personas conocidas. Su voz y su gusto para cantar no rebasaban los límites de lo común y ordinario. De repente, cuando estábamos en oración intensa, sin nadie dar un aviso o una orden, comenzó el canto con palabras desconocidas. Todo el mundo participaba en él. A mi entender, resultó mucho más fino que en la otra ocasión . Un juego de melodías y armonías tan extraordinarias se cruzaban por aquí y por allá arrebatando el corazón y envolviéndolo en una atmósfera densa de presencia de Dios, de calma del cielo y serena alegría de la tierra.

Aquello era verdaderamente una sinfonía de voces que sólo podría estar inspirada y conducida por el mismo Espíritu Santo. Al acabar el canto, indagué. La persona que a mi izquierda se hallaba me dijo: "Sí, esto ha sido un canto en lenguas". Di gracias a Dios, porque de nuevo yo había sido testigo del paso del Señor por aquel lugar. Por suerte, un amigo acababa de llegar al sitio de la asamblea en busca mía, porque necesitaba comunicarme una noticia. Cuando salí a la puerta del local, el caballero se adelantó y me preguntó qué coro era aquél, y cómo cantaba tan bien, quién los ensayaba, etc., etc. El se había quedado impresionado igualmente por el orfeón improvisado e inesperado.

Aprovechando el paso por esta ciudad de Santo Domingo de un notable biblista, graduado en la célebre Escuela Bíblica de Jerusalén, hube de consultarle sobre el fenómeno. Entonces me explicó que el canto en lenguas era una modalidad de la glosolalia u oración en lenguas. La única diferencia con orar en lenguas consistía, según él, que en el canto en lenguas el Espíritu Santo no sólo ponía las palabras en boca de los fieles sino también la música.
Cuando alguien sienta que el Espíritu Santo le impulsa a glorificar a Dios Padre por Jesús, el Señor, con un canto en lenguas, si es en una asamblea, hágalo cuando el momento sea oportuno para ello; si está a solas, hágalo siempre con toda la unción que sea posible como si estuviera cara a cara en la Divina Presencia. Porque es un canto de Dios para Dios. A su vez notará que su fe se acrecienta, su caridad se intensifica, su esperanza de poseer a Dios vibra con fuerza, su humildad aumenta. Al mismo tiempo, el gozo, la paz y el poder - sobre todo el poder- para hacer lo que por nosotros mismos nunca seríamos capaces de hacer por nuestro crecimiento propio y por todo lo que signifique ayuda y servicio a nuestros hermanos. Entonces se perdonan las ofensas, se aguantan mejor las burlas, se olvidan las distancias, las durezas se suavizan y prodigamos el bien calladamente y con sencillez.
En mi criterio, el canto en lenguas tiene un inmenso poder. El poder del Divino Espíritu tal como puede ser canalizado a través de una criatura humana. He ahí un canto nuevo para Dios. ¡ El único nuevo !."
(Vicente Rubio O. P. Relatado en la revista Alabanza)

El canto en lenguas no es una sucesión de notas ensayadas o una melodía compuesta. Es una irrupción espontánea que, dejando a la persona libertad para cantar o callarse, impulsa directamente a alabar al Señor. Cada persona canta con su voz, bonita o no, con su propio timbre y su estilo particular. Sin embargo, el conjunto muestra una impresionante acción del Espíritu, que va constituyendo una unidad en la variedad de voces y melodías. El efecto es una música más allá de lo medible o expresable y una paz interior suave y fuerte a la vez. Solamente si se ha experimentado se puede comprender esta realidad.

El canto en lenguas es expresión de amor y de adoración. Nace del profundo deseo de alabar al Padre y manifestarle con especial amor el deseo de El. Es el Espíritu quien nos impulsa a una alabanza más Plena. de manera que hasta el último rincón de nuestro ser se pone en actividad.

Generalmente, el canto en lenguas se hace presente en determinados momentos más propicios, de mayor profundidad de oración. Es frecuente que el canto en lenguas surja al celebrar la Eucaristía, particularmente en la Consagración y después de la Comunión. En ambos casos es expresión de adoración, de encuentro pleno con Jesús. Cuando termina el canto en lenguas sentimos la necesidad de un silencio más o menos largo. En él adoramos al Señor, su Santa presencia viva y vivificadora, y nos abrimos a sus mensajes.

El Ministerio de Música deberá estar atento a la inspiración del Espíritu para llevar a toda la asamblea a este encuentro completo con el Señor. Si comienza de una forma suave la alabanza en lenguas, el ministerio de música puede empezar a sostener el canto con un acorde y -quizá- después con una serie de acordes que inviten a todos a continuar, intensificar y armonizar la alabanza. Ordinariamente, el canto en lenguas no tiene ritmo (es melodía sin compás¿; pero, en ocasiones, surge un canto en lenguas rítmico, como si el Señor nos diese a todos una medida, la misma: la medida de la unidad en el Amor.

Diego Jaramillo, en relación con esto, dice:

"Los instrumentos evocan, ayudan y expresan en un canto en lenguas. Por ello, mientras alguien toca su instrumento, también esta orando,- la música es su oración. Las cuerdas vocales y las cuerdas de su guitarra pueden vibrar al unísono para el Señor. Esto se hunde en la más genuina tradición cristiana."

Cantar en lenguas es un acto de fe; es clamar al Padre poderosamente, desde el Espíritu Santo, para proclamar y establecer -en cada situación- el Señorío de Jesucristo.

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