Retiro conociendo al Espiritu Santo Viento y Fuego

Retiro conociendo al Espiritu Santo Viento y Fuego
agosto 27,28y29 casa de retiro mision claret

¿Cuánto tiempo duran tus victorias?

Tema: ¿Cuánto tiempo duran tus victorias?

Exodo14, 13-30:

“Moisés contestó al pueblo: «¡No se asusten, permanezcan firmes! Vean la obra de Yahvé y cómo él los salva hoy. Miren a esos egipcios a los que nunca más volverán a ver. Yahvé peleará por ustedes, y ustedes solamente mirarán.» Yahvé dijo a Moisés: «¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que se pongan en marcha. Luego levanta tu bastón, extiende tu mano sobre el mar y divídelo, para que los hijos de Israel pasen en seco por medio del mar. Yo, mientras tanto, endureceré el corazón de los egipcios para que salgan en persecución de ustedes, y me haré famoso a costa de Faraón y de todo su ejército, de sus carros y de su caballería. Entonces Egipto conocerá que yo soy Yahvé.» El Ángel de Dios que iba delante de los israelitas pasó detrás de ellos; también la nube en forma de columna vino a colocarse detrás, poniéndose entre el campo de los israelitas y el de los egipcios. Esta nube era para unos tinieblas y para otros iluminaba la noche; y no se acercaron los unos a los otros durante la noche. Moisés extendió su mano sobre el mar y Yahvé hizo soplar durante toda la noche un fuerte viento del oriente que secó el mar. Se dividieron las aguas. Los israelitas pasaron en seco, por medio del mar; las aguas les hacían de murallas a izquierda y a derecha. Los egipcios se lanzaron a perseguirlos, y todo el ejército de Faraón entró en medio del mar con sus carros y caballos. Llegada la madrugada, Yahvé miró a los egipcios desde el fuego y la nube, y provocó el desorden en el ejército de Faraón. Atascó las ruedas de sus carros, que no podían avanzar sino con gran dificultad. Entonces los egipcios dijeron: «Huyamos de Israel, porque Yahvé pelea con ellos contra nosotros.» Pero Yahvé dijo a Moisés: «Extiende tu mano sobre el mar, y las aguas volverán sobre los egipcios, sus carros y sus caballos. Moisés extendió su mano sobre el mar. Al amanecer, el mar volvió a su lugar. Mientras los egipcios trataban de huir, Yahvé arrojó a los egipcios en el mar. Las aguas al volver cubrieron los carros, los caballos y su gente, o sea, todo el ejército de Faraón que había entrado en el mar persiguiéndolos: no se escapó ni uno solo. Los israelitas, en cambio, habían pasado en medio del mar; las aguas les hacían de murallas a derecha e izquierda. Aquel día, Yahvé liberó a Israel del poder de los egipcios; e Israel vio a los egipcios muertos en la orilla del mar. Israel vio los prodigios que Yahvé había obrado contra Egipto, y el pueblo temió a Yahvé. Creyó en Yahvé y en Moisés, su siervo.”


Esta lectura habla de la liberación del pueblo de Israel. Dios les dio una gran victoria a este pueblo, abrió el mar rojo en dos para que su pueblo pasara en seco e Israel vio a los Egipto muertos en la orilla del mar que gran victoria les dio Dios a su pueblo. El pueblo de Dios a ver esto comenzó alabar a su Dios comenzaron hacer fiestas para su Dios por lo que este hizo a su favor.

Exodo15,1-21:
“Entonces Moisés y los hijos de Israel cantaron este cántico a Yahvé: «Cantaré a Yahvé, que se hizo famoso; arrojó en el mar al caballo y su jinete. ¡Yahvé, mi fortaleza!, a él le cantaré, él fue mi salvación, él es mi Dios y lo alabaré, el Dios de mi padre, lo ensalzaré. Yahvé es un guerrero, Yahvé es su nombre. Los carros de Faraón y su ejército: ¡los precipitó en el mar! Los mejores de sus oficiales, ¡hundidos en el Mar Rojo! Las aguas profundas los han sepultado, hasta el fondo cayeron como piedra. Tu diestra, Yahvé, de tremendo poder, tu diestra, Yahvé, aplasta al enemigo. Tu Gloria derriba a tus adversarios, despachas tu furor y los devora como paja. Al soplo de tus narices retroceden las aguas, las olas se paran como murallas; los torbellinos cuajan en medio del mar. Dijo el enemigo: «Los perseguiré y los alcanzaré, los tendré a merced, llevaré sus despojos; sacaré mi espada y mi mano los matará.» Mandaste tu soplo y el mar los cubrió, y se hundieron como plomo en las aguas majestuosas. Quién como Tú, Yahvé, entre los dioses? ¿Quién como Tú, glorioso y santo, terrible en tus hazañas, autor de maravillas? ¡Extiendes tu mano y se los traga la tierra! Guiaste con amor al pueblo que rescataste, lo llevaste con poder a tu santa morada. Lo oyeron los pueblos y se turbaron, se asustaron los filisteos; los jefes de Edom vacilan y los generales de Moab se asustan, se angustian los pobladores de Canaán: ¡pavor y espanto cayó sobre ellos! Diste golpes, y quedan mudos como piedra hasta que pase tu pueblo, Yahvé, hasta que pase el pueblo que compraste. Tú lo llevarás y lo plantarás en el monte que es tuyo, el lugar en que habitas, OH Yahvé; el Santuario del Señor, obra de sus manos. ¡Que Yahvé reine eternamente!» Como Faraón entrara en el mar, con sus carros y sus caballos, Yahvé hizo volver sobre ellos las aguas del mar, mientras los israelitas pasaban en seco por medio del mar. Entonces Miriam, la profetisa, hermana de Aarón, tomó en sus manos un instrumento, un pandero, y todas las mujeres la seguían con tímpanos, danzando en coro. Y Miriam les entonaba las palabras: «Cantemos a Yahvé, que se hizo famoso; arrojó en el mar al caballo y su jinete.»

Vemos el gozo de el pueblo de Israel por fin eran libres, ya no eran esclavos, no mas yugos pesados, no mas trabajos fuerte, no mas maltrato, eran libre gracias a su Dios. Este pueblo está con gozo, con alegría. Esto es poderoso, es maravilloso… pero tres días después de estas gran victoria algo paso:

Exodo15,22-27:
“Moisés hizo partir a los israelitas del Mar Rojo y fueron al desierto de Sur. Allí anduvieron tres días por el desierto sin encontrar agua. Llegaron a Mará, pero no pudieron beber de sus aguas porque eran amargas. Por esto se llamó aquel lugar Mará, esto es, Amargura. El pueblo murmuró contra Moisés, diciendo: «¿Qué beberemos?» Y como Moisés invocara a Yavé, le enseñó cierto madero; moisés lo echó en las aguas, y se endulzaron. Fue allí donde Yavé dio al pueblo sus decisiones y sus decretos. Allí lo puso a prueba, y le dijo: «Si de veras escuchas a Yavé, tu Dios, y haces lo que es justo a sus ojos, dando oídos a sus mandatos y practicando sus normas, no descargaré sobre ti ninguna plaga de las que he descargado sobre los egipcios; porque yo soy Yavé, que te doy la salud.» De allí pasaron a Elim, donde había doce manantiales de agua y setenta palmeras. Allí acamparon junto a las aguas.”

Tres días después el pueblo murmuro contra Moisés, tres días después este pueblo se olvido de la victoria que Dios le dio y comenzó a murmurar contra Dios. Yo pienso que la primera victoria que Dios da, debe de ser suficiente para creer que el nos dará otras victorias. Pero nos olvidamos que Dios pelea con nosotros y por nosotros.

Romanos 8,37dice:
“Pero no; en todo eso saldremos triunfadores gracias a Aquel que nos amó.

Exodo16,1-2:
“Los israelitas se marcharon de Elim y llegaron al desierto de Sin, entre Elim y el Sinaí, el día quince del segundo mes después de la salida de Egipto. Toda la comunidad de los israelitas empezó a murmurar contra Moisés y Aarón en el desierto.”

El Segundo mes después de la salida de Egipto todo la comunidad de Israel murmuro contra Moisés y Aron. Esto quiere decir que la victoria que Dios les dio a Israel. La victoria duro hasta el día 12 del segundo mes que rápido olvidamos lo poderoso que es Dios.

Para mantener la victoria hay que ententer:

1. Que Dios es más glorioso de lo que podemos imaginar.

Isaías 40,12-31: ¿Quién cerró su mano sobre el agua del mar, o tomó las dimensiones del cielo? ¿Quién recogió todas las arenas del globo, o pesó las montañas en una romana y los cerros en una balanza? ¿Y quién sondeó el espíritu de Yavé, o fue su consejero para guiarlo? ¿A quién habrá consultado para entender mejor, para saber cómo se administra justicia o para estar al día en los métodos más prácticos? Las naciones son como una gota en el borde del vaso, como un polvillo que se deja en la balanza. ¿Las tierras de ultramar ? Son sólo un granito de arena. El Líbano no sirve para encender su hoguera, y sus animales no alcanzan para quemarlos en su templo. Todos los países son como nada delante de él, valen un cero, no se toman en cuenta. ¿Con quién podrán comparar a Dios y qué representación darán de él? ¿Acaso la estatua que fundió el artista, y que el joyero revistió de oro con cadenas de plata? (20 Un hábil escultor busca una palmera escogida y de allí saca madera que no se pudre para levantar una estatua bien firme.) ¿No lo sabían, o no habían oído hablar de eso? ¿No se lo enseñaron desde el comienzo para que entendieran cómo se fundó la tierra? El vive más allá del techo de la tierra, desde allí sus habitantes parecen hormigas. Ha estirado los cielos como una tela, los ha extendido como una carpa para vivir. Reduce a la nada a los grandes y hace desaparecer a los gobernantes de la tierra. Apenas han sido plantados o sembrados, apenas su tallo ha echado raíces en el suelo, sopla sobre ellos y se secan, y un viento fuerte se los lleva como paja. «¿Con quién podrán ustedes compararme, o quién será igual a mí?», dice el Santo. Pongan la cara hacia arriba y miren: ¿Quién ha creado todos esos astros? El, él mismo, que hace salir en orden su ejército, y que llama a cada estrella por su nombre. Su fuerza es tan grande y su poder tan inmenso, que ninguna se hace la desentendida. ¿Por qué dices tú, Jacob, y lo repites tú, Israel: «Yavé no me mira, mi Dios no se preocupa por mis derechos»? ¿Acaso no lo sabes, o no lo has oído? Yavé es un Dios eterno que ha creado hasta los extremos del mundo. No se cansa ni se fatiga y su inteligencia no tiene límites. El da la fuerza al que está cansado y robustece al que está débil. Mientras los jóvenes se cansan y se fatigan y hasta pueden llegar a caerse, los que en El confían recuperan fuerzas, y les crecen alas como de águilas. Correrán sin fatigarse y andarán sin cansarse.»

Isaías 43,10-13: “Ustedes son mis testigos, dice Yavé, y son mi servidor, que he elegido; sepánlo, pues, y crean en mí, y comprendan que Yo Soy. Ningún Dios fue formado antes de mí, y ningún otro existirá después. Yo, yo soy Yavé, y nadie salva fuera de mí. Yo soy el que lo ha dicho, y ha acertado; soy yo el que lo había dado a conocer, y no un Dios extraño. Ustedes son mis testigos, y yo soy Dios, dice Yavé. Siempre lo he sido, y nadie me puede hacer apartar la mano; si yo ejecuto algo, ¿quién me hará retroceder?”

Isaías 44, 6-8: “Así habla el rey de Israel y su redentor, Yavé de los Ejércitos: «Yo soy el primero y el último; no hay otro Dios fuera de mí. ¿Quién es igual a mí? Que se pare y lo diga, que me cuente y me demuestre que anunció lo que debía pasar y nos dijo con anticipación las cosas futuras. No se asusten ni tengan miedo: ¿no es cierto que se lo había anunciado desde hace tiempo? Ustedes ahora son mis testigos: ¿hay acaso otro Dios fuera de mí? ¡No! no existe otra Roca que yo sepa”

2. Que hay que alabar a Dios.

Salmo 18,4: Invoco al Señor que es digno de alabanzas, y me veo libre de mis enemigos.

Hechos 16,25-26: “Hacia la media noche Pablo y Silas estaban cantando himnos a Dios, y los demás presos los escuchaban. De repente se produjo un temblor tan fuerte que se conmovieron los cimientos de la cárcel; todas las puertas se abrieron de golpe y a todos los presos se les soltaron las cadenas”

3. Que Dios está a nuestro favor y no en nuestra contra.


A. Éxodo 14,25: “Atascó las ruedas de sus carros, que no podían avanzar sino con gran dificultad. Entonces los egipcios dijeron: «Huyamos de Israel, porque Yahvé pelea con ellos contra nosotros.»

B. Éxodo 14,14: “Yahvé peleará por ustedes, y ustedes solamente mirarán.”

C. Romanos 8,31: ¿Qué más podemos decir? Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?

4. Que después de un conflicto viene otro.

Juan 16,33: Les he hablado de estas cosas para que tengan paz en mí. Ustedes encontrarán la persecución en el mundo. Pero, ánimo, yo he vencido al mundo.»

5. Que Dios preparo todo para nuestro bien.

A. Mateo 7,7-11: “Pidan y se les dará; busquen y hallarán; llamen y se les abrirá la puerta. Porque el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y se abrirá la puerta al que llama. ¿Acaso alguno de ustedes daría a su hijo una piedra cuando le pide pan? ¿O le daría una culebra cuando le pide un pescado? Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡con cuánta mayor razón el Padre de ustedes, que está en el Cielo, dará cosas buenas a los que se las pidan!”

B. Santiago 1,16-17: “Hermanos muy queridos, no se equivoquen: son las cosas buenas y los dones perfectos los que proceden de lo alto y descienden del Padre que es luz; allí no retornan las noches ni pasan las sombras.”

C. 1 Corintios 2,9: Recuerden la Escritura: Ni ojo vio, ni oído oyó, ni por mente humana han pasado las cosas que Dios ha preparado para los que lo aman.

D. Romanos 8,28: También sabemos que Dios dispone todas las cosas para bien de los que lo aman, a quienes él ha escogido y llamado.

6. Que hay que ser agradecido

1 Tesalonicenses 5,18: “y den gracias a Dios en toda ocasión; ésta es, por voluntad de Dios, su vocación de cristianos”.

7. Que necesitas hermanos que te levantan las manos

A. Éxodo 17, 8-15: En Refidim los amalecitas vinieron a atacar a Israel. Moisés dijo a Josué: «Elígete algunos hombres y marcha a pelear contra los amalecitas. Yo, por mi parte, estaré mañana en lo alto de la loma, con el bastón de Dios en mi mano.» Josué hizo como se lo ordenaba Moisés, y salió a pelear contra los amalecitas. Mientras tanto, Moisés, Aarón y Jur. subieron a la cumbre de la loma. Y sucedió que mientras Moisés tenía las manos arriba, se imponía Israel, pero cuando las bajaba, se imponían los amalecitas. Se le cansaron los brazos a Moisés; entonces tomaron una piedra y sentaron a Moisés sobre ella, mientras Aarón y Jur. le sostenían los brazos, uno a cada lado. Así, Moisés mantuvo sus brazos alzados hasta la puesta del sol y Josué hizo una enorme matanza entre la gente de Amalec. Entonces Yahvé dijo a Moisés: «Escribe todo esto en un libro para que sirva de recuerdo, y dile a Josué que yo no dejaré ni el recuerdo de Amalec debajo de los cielos.» Luego Moisés edificó allí un altar a Yahvé, al que puso por nombre: Yahvé es mi triunfo. Y declaró: «La bandera de Yahvé en la mano: Yahvé está en guerra con Amalec de generación en generación.»

8. Que hay que aprender de nuestros conflictos espirituales y personales.

A. Esto es muy importante en nuestra vida aprender de nuestros errores para ser mejores seres humanos y para no cometerlos de Nuevo.

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