La Guerra Espiritual
A. ¿En qué consiste?
1. Consiste en:
• El conflicto entre el Reino de la Luz y el reino de las tinieblas
• La batalla por el objetivo máximo: el hombre y la mujer
• El dilema es: ¿Quién controla la vida humana?
2. El conflicto:
• Someter al hombre y a la mujer a las tinieblas o trasladarlos a la Luz (2 Co. 4,4; Col. 1,13).
• Arrancar al creyente de su estado de bendición (Job 1,10-11; 1 P. 3,9)
3. Niveles de esa guerra espiritual:
Hay tres niveles:
• Humano: echar fuera demonios de un individuo
• Ocultismo: lucha contra los poderes de la hechicería, idolatría, etc.
• Guerra estratégica: lucha contra principados, potestades, espíritus territoriales, etc.
B. ¿Quiénes intervienen en la guerra espiritual?
1. De parte de las tinieblas:
• Principados, potestades, gobernadores de las tinieblas, huestes espirituales de maldad (Ef.
6,12)
• Tronos, dominios (Col. 1,16)
• Autoridades, poderes, señoríos, nombres (Ef. 1,21). Debemos prestarle mucha atención a
nombres de procedencia dudosa.
2. De parte del Reino de a Luz:
• Dios: Su reino domina sobre todo (Sal. 103,19)
• Jesucristo: Hizo Su parte—¡Venció! (Col. 2,14-15; Ef. 1,20-22)
• Los ángeles: Pelean activamente la batalla, obedeciendo a la Palabra y al precepto y la
voluntad de Dios (Sal. 103,20-21; Dn. 10,12-13, 20)
• La Iglesia: Proclamando con autoridad la Palabra, el precepto y la voluntad de Dios (Sal.
103,20; Ef. 3,10, Ap. 12,7-11)
C. ¿Cómo hacer guerra espiritual?
1. Hay que arrancar, derribar, arruinar y destruir lo que el enemigo ha
sembrado (Gá. 6:7; Jer. 1:10)
2. Hay que reparar las brechas de la historia (de una familia, iglesia o nación)
(Is. 58:12)
La historia tiene brechas (portillos, aperturas, agujeros) que reparar:
• Pecado de quienes forjaron y forjan la historia
• Maldiciones que atan la historia
• Ciclos de destrucción
• Prácticas ocultas
• Traumas que traen opresión
3. Hay que atar al hombre fuerte (Lc. 11,21-22)
Ese hombre fuerte puede ser un espíritu maligno que oprime a una población, familia y hasta a una congregación. Ejemplos: narcotráfico, depresión, alcoholismo, hechicería, adulterio, etc.
4. Decretar el juicio de Dios sobre las obras de las tinieblas. (Sal. 148,5-9; Ef. 5,11; Col. 2,15)
5. Confundir los planes y artimañas del enemigo (2 Co. 10,4; He. 11,32-34, Dn. 4,17)
6. Enviar la Palabra de bendición sobre nuestra vida, familia, iglesia o nación (1 P. 3,9; Gn. 12,2-3; He. 11,20-22)
7. Proclamar la alabanza como arma de guerra (Is. 30,32; 2 Cr. 20,14-15, 22)
1. Consiste en:
• El conflicto entre el Reino de la Luz y el reino de las tinieblas
• La batalla por el objetivo máximo: el hombre y la mujer
• El dilema es: ¿Quién controla la vida humana?
2. El conflicto:
• Someter al hombre y a la mujer a las tinieblas o trasladarlos a la Luz (2 Co. 4,4; Col. 1,13).
• Arrancar al creyente de su estado de bendición (Job 1,10-11; 1 P. 3,9)
3. Niveles de esa guerra espiritual:
Hay tres niveles:
• Humano: echar fuera demonios de un individuo
• Ocultismo: lucha contra los poderes de la hechicería, idolatría, etc.
• Guerra estratégica: lucha contra principados, potestades, espíritus territoriales, etc.
B. ¿Quiénes intervienen en la guerra espiritual?
1. De parte de las tinieblas:
• Principados, potestades, gobernadores de las tinieblas, huestes espirituales de maldad (Ef.
6,12)
• Tronos, dominios (Col. 1,16)
• Autoridades, poderes, señoríos, nombres (Ef. 1,21). Debemos prestarle mucha atención a
nombres de procedencia dudosa.
2. De parte del Reino de a Luz:
• Dios: Su reino domina sobre todo (Sal. 103,19)
• Jesucristo: Hizo Su parte—¡Venció! (Col. 2,14-15; Ef. 1,20-22)
• Los ángeles: Pelean activamente la batalla, obedeciendo a la Palabra y al precepto y la
voluntad de Dios (Sal. 103,20-21; Dn. 10,12-13, 20)
• La Iglesia: Proclamando con autoridad la Palabra, el precepto y la voluntad de Dios (Sal.
103,20; Ef. 3,10, Ap. 12,7-11)
C. ¿Cómo hacer guerra espiritual?
1. Hay que arrancar, derribar, arruinar y destruir lo que el enemigo ha
sembrado (Gá. 6:7; Jer. 1:10)
2. Hay que reparar las brechas de la historia (de una familia, iglesia o nación)
(Is. 58:12)
La historia tiene brechas (portillos, aperturas, agujeros) que reparar:
• Pecado de quienes forjaron y forjan la historia
• Maldiciones que atan la historia
• Ciclos de destrucción
• Prácticas ocultas
• Traumas que traen opresión
3. Hay que atar al hombre fuerte (Lc. 11,21-22)
Ese hombre fuerte puede ser un espíritu maligno que oprime a una población, familia y hasta a una congregación. Ejemplos: narcotráfico, depresión, alcoholismo, hechicería, adulterio, etc.
4. Decretar el juicio de Dios sobre las obras de las tinieblas. (Sal. 148,5-9; Ef. 5,11; Col. 2,15)
5. Confundir los planes y artimañas del enemigo (2 Co. 10,4; He. 11,32-34, Dn. 4,17)
6. Enviar la Palabra de bendición sobre nuestra vida, familia, iglesia o nación (1 P. 3,9; Gn. 12,2-3; He. 11,20-22)
7. Proclamar la alabanza como arma de guerra (Is. 30,32; 2 Cr. 20,14-15, 22)