Retiro conociendo al Espiritu Santo Viento y Fuego

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Estudio sobre la Salvación, la Fe y las Obras

En este articulo sobre SALVACIÓN se tocarán temas como: la Justificación, la Regeneración, la Santificación y el polemico tema sobre FE vs. OBRAS. Espero le ayude para su crecimiento espiritual.

La Biblia enseña que la salvación es un don gratuito de Dios, por los méritos de la Sangre de Cristo, que se recibe por la fe verdadera en Jesús, que consiste en "creer" en Jesús y "hacer" lo que él manda. Enseña también que hay una fe falsa, que llama "fe del diablo", que es la "fe sin obras" de San Pablo.

SALVACIÓN:

A Pablo y a Jesús le hicieron esta pregunta: ¿Qué tengo que hacer para ser salvo, para alcanzar la vida eterna? Pablo y Jesús contestaron aparentemente de forma diferente al carcelero y al joven que le hiciera la pregunta:

Pablo: Cree en el Señor Jesús, y serás salvo tú y tu casa (Hechos 16,31).
Jesús: Si quieres entrar en la vida eterna, guarda los mandamientos (Mateo, 19,17).


"Fe en Jesús" y "Guarda sus mandamientos". Parecen distintos, pero en realidad no lo son. Si fuera médico y un paciente tiene fe en mí, se toma las medicinas que le mando. Si no las toma, tal como le ordeno, es que no tiene fe en mí, aunque grite que soy el mejor médico del mundo, se está engañando a sí mismo... Pues lo mismo pasa con Jesús: Si alguien tiene fe en Jesús, hace lo que él manda. Si no hace lo que manda, si no cumple los mandamientos del Señor, es que no tiene fe en él, aunque grite que tiene mucha fe. Se está engañando a sí mismo.

"Salvo" y "Cielo":

Hay mucha confusión entre salvo y Cielo:
La Fe en Cristo nos "salva" de la esclavitud del pecado y de Satanás, nos hace libres... pero todavía no estamos en el Cielo... y estamos salvos "para hacer buenas obras", como lo dice en Efesios 2, 8-10, donde muchos protestantes cortan el verso 10:

8- Pues de gracia habéis sido salvados por la fe, y esto no viene de vosotros, es don de Dios;9- no viene de las obras, para que nadie se gloríe;10- que hechura suyos somos, creados en Cristo Jesús, para hacer buenas obras, que Dios de antemano preparó, para que en ellas anduviésemos.

El que cree y se bautiza es Hijo de Dios, un "príncipe divino", igual que un Príncipe en la tierra, que lo es, no por ser muy guapo o porque haya hecho algo muy bueno, sino porque es hijo del Rey. Pero una vez que es Príncipe tiene la oportunidad de hacer muchas obras buenas, y si hace lo malo es un mal Príncipe, con más responsabilidad que otros que no son príncipes.

Pues lo mismo un cristiano salvo, es Hijo de Dios, no por algo bueno que haya hecho, sino gratis, por gracia de Dios, solo por fe en Cristo Jesús... y no está en el Cielo todavía, está en la tierra precisamente para hacer obras buenas y grandes, porque los Hijos del Rey tienen muchas oportunidades de hacer obras buenas y grandes... si hace lo malo, es un mal Hijo de Dios, aun con más responsabilidad que un pagano que no es salvo.

La "fe" y "las obras" es uno de los puntos que más controversias y separaciones ha ocasionado entre protestantes y católicos. Los protestantes serían los paladines de la "fe, y los católicos de las "obras," pero en la práctica, yo veo mucha similitud entre ambos: El Pastor protestante puede decir que "sólo la fe basta para salvarse", pero inmediatamente está urgiendo a los miembros de la congregación a leer la Biblia, a hacer oración, a pagar los diezmos, a hacer servicios al hermano, a visitar a los enfermos...

Parece que se estuviera "contradiciendo", pero es que en realidad no piensa que la "fe" sola basta, porque la "fe sola, sin obras", es la "fe del diablo" de que nos habla Santiago: 2,18-20, "no vale nada", dice Pablo en 1 Corintios 13, sirve como testigo de condenación, no de salvación. Por otra parte pareciera como si los católicos menospreciaran la "fe" a favor de las "obras", cuando esto no es verdad. El Primer Canon del Concilio de Trento sobre la Justificación dice así: "Si alguno dijere que el hombre puede justificarse por sus obras, sin la gracia divina por Cristo Jesús, que sea anatema".

De todas formas, la próxima vez que oiga a un ministro decir que "sólo la fe basta para salvarse", le pregunte por qué el se afana tanto en predicar y escribir libros, y en hablar por radio y televisión... porque todo esto son "obras", que sobrarían si la fe bastara. Pero, gracias a Dios, algunos ministros protestantes dicen herejías cuando hablan, pero en su vida diaria hacen distinto de lo que hablan. Algún ministro le va a contestar diciendo que nos salvamos por la gracia de Dios, por la fe, "para" hacer buenas obras; que no nos salvamos por la "obras", sino para hacer buenas "obras". Y esto está más de acuerdo con lo que enseña la Biblia y la Iglesia Católica.

La fe sin obras es fe muerta, fe del diablo, nos dice Santiago en 2,20... "No vale de nada", dice Pablo en 1 Corintios 13... "Muchos" que tienen fe, que predican y hacen milagros y expulsan demonios en nombre de Jesus irán al infierno, dice el mismo Jesús en Mateo 7,21-24.
Y en realidad, en el juicio final, para entrar en el Cielo, Jesús, el Rey, no nos va a juzgar por la "fe", sino por las "obras", porque las obras es la única medida de la fe.

En dos sitios se describe el Juicio Final: En Mateo 25,31-46, y en Apocalipsis 20,11-15. Léalos usted y verá que en los dos sitios el tema del juicio son las "obras", no se menciona la fe... lo mismo dicen Romanos 2,5-11, 2 Corintios 5,10, Juan 5,28-29, Apocalipsis 22,12.

En el juicio del capítulo 25 de San Mateo ¡13 veces! menciona las "obras", y ni una sola vez la "fe", porque no iremos al cielo por los dones que Dios nos dio, sino por lo que hicimos con los dones, con los talentos. No iremos al cielo porque nos dio unas manos fuertes o una cara bonita, sino por lo que hicimos con esas manos o con esa cara. No iremos al cielo por la Biblia o por la Fe que nos dio, sino por lo que hicimos por esa Fe y esa Biblia que nos regaló.

Y quizá alguno le arguya a Dios: "Señor, si yo iba a la iglesia y leía la Biblia..." Y el Señor le dira: "¡Y con todos esos dones que te di, no diste de comer al hambriento, ni de beber al sediento... Vete al infierno!" El motivo del Juicio no serán los dones, sino los frutos, lo que hicimos con esos dones... cómo negociamos esos talentos que nos dio gratis el Señor, que es precisamente la parábola que precede al Juicio del Capítulo 25 de San Mateo.

El Amor, las obras es la única medida de la FE... la Fe no se puede medir, el amor, las obras, sí.
Así es que la salvación es un gracia de Dios que viene por la fe viva en Cristo Jesús, fe que se expresa en obras, en cumplir sus mandamientos.

Juicio Final

JUSTIFICACIÓN, REGENERACIÓN, SANTIFICACIÓN:

La salvación bíblica incluye varios conceptos que deseo mencionar, por si pueden ayudar a aclarar malentendidos.

Justificación: Es un término legal. Quiere decir "hacer justo", absolver de la culpa al pecador por la fe, gratis, en base a la obra meritoria de Cristo, por lo méritos de su Sangre en la Cruz. El que cree en Cristo y se bautiza está "salvo"... salvo de la esclavitud de Satanás y del pecado... pero no en el Cielo todavía!

Si se comete un pecado, después del bautismo, el "justo" se hace "injusto"... y ese pecado no se puede borrar con mil obras buenas, porque es una maldad contra Dios, un mal infinito, pero se borra fácil, con fe en Cristo haciendo lo que manda Jesús, se "confiesa con un sacerdote" y se le borra, así de fácil... porque Jesús le dio ese poder ordinario a los ministros de su Iglesia: a quienes perdonareis los pecados, les serán perdonados; a quienes no se los perdonareis, no les serán perdonados (Juan 20,23).

En cuanto al bautismo, así lo enseñó Jesús: El que creyere y se bautizare, se salvará (Marcos 16,16).

Regeneración: Este es el termino "médico" que usa la Biblia: El bautizado, el salvado, no sólo tiene los pecados perdonados, sino que tiene una "nueva vida", "nace de nuevo". No sólo se le ha limpiado del pecado por el bautismo, sino que se ha convertido en una creatura nueva (Efesios 2,10; Galatas 6,15). Es una "resurrección" (Romanos 6,4-5, Colosenses 2,12, Efesios 2,5-8). Así pues, todo esto trae consigo la "limpieza de la regeneración" de Tito 3,5, el Bautismo: El pecador queda limpio de todo pecado, hijo de Dios, hermano de Cristo, y coheredero con Cristo, y templo del Espiritu Santo... ¡Gloria a Dios! La justificación y regeneración vienen juntas en el Bautismo.

Santificación: Esto es un término "religioso". El bautizado es "santificado", que quiere decir "separado del mundo y consagrado a Dios para hacer servicios al Señor". Así dice San Pablo; "Habéis sido lavados, habéis sido santificados, habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios" (I Corintios 6,11). Y en Romanos 12,1 nos dice: "Ofreced vuestros cuerpos como hostia viva, santa, grata a Dios. Y San Pedro nos dice: Vosotros los creyentes, sois linaje escogido, sacerdocio regio, gente santa, pueblo adquirido para pregonar las excelencias del que os llamó de las tinieblas a su luz admirable (Pedro 2,9). Nos ha hecho reyes y sacerdotes (Apocalipsis 1,8).

Viviendo su vida como Hijo de Dios, el salvo se santifica, "de gracia en gracia", de sermón en sermón, de lectura en lectura, dice Juan 1,16, "de fe en fe" de dolor en dolor, de fracaso en fracaso, les dice Pablo a los Romanos 1,17, "de gloria en gloria", de gozo en gozo, de éxito en éxito, les dice a los de Corinto (2Cor.3,18).

Es la "batalla de la fe", de la que habla Pablo en sus dos últimas cartas que escribió (1Tim.6,112, 2Tim.4,7)... Dura toda la vida, es la aventura gloriosa del cristiano... Pablo nos dice, en sus últimas horas en la tierra, que el combatió el buen combate, que ha guardado la fe, y solo le queda de recibir la corona de la justicia (1Tim.4,7).

Cada católico, siguiendo esto, es proclamado en su bautismo como Sacerdote, Profeta, y Rey, y en la Confirmación es confirmado oficialmente por el obispo de sus tres mismos derechos y deberes: Sacerdote, Profeta y Rey.

Así lo dice en Apocalipsis 1,6, y en 5,10 añadirá, "y reinan sobre la tierra"...¡así somos cada cristiano!, así somos bautizados en la Iglesia (1 Pedro 2,5).

"Profetas", para hablar a los hombres de Dios: Apostolado, evangelización.

"Sacerdotes", para hablar a Dios de los hombres: Oración... hay que ser sacerdote antes de ser Profeta, hay que hablar a Dios de los hombres, antes que hablar a los hombres de Dios. Ofrecer nuestros cuerpos como hostia viva, santa, grata a Dios, es nuestro principal sacerdocio, dice Pablo en Romanos 12,1. Los Sacerdotes Ordenados son algo muy especial, solo ellos pueden ofrecer la Santa Misa y ejercer el Sacramento de la Confesión.

"Reyes", ¡en esta tierra!, para ser "otro Cristo", vivir con el amor y humildad de Jesús, expulsar los demonios de las drogas y el aburrimiento, y sanar enfermos del alma y del cuerpo, ¡reinar ahora como Jesús reinó!...

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